lunes, 5 de julio de 2010

FALSA COMEDIA


"¡Ay, caray!" De Josep M. Benet i Jornet. Dirección: Manuel Ángel Egea. Escenografía: Fabiá Puigserver. Versión castellana: E. Gutierrez Caba. Reparto: Guillermo Montesinos. Iñaki Miramón. Fernando Delgado... Madrid. Centro Cultural de la Villa. Fecha de estreno: 15-10-99

"Ay qué caray" es una especie de comedia televisiva (sin tresillo, pero con ordenador en el salón), que tiene vocación de farsa corrosiva a lo Darío Fo; pero, que está más cerca de las comedias domesticadas del americano Neil Simon, sin ni siquiera llegar a alcanzar la notable categoría dramática de este último.
Aunque la obra se inicia con la acumulación de una serie de disparates argumentales que pretenden sembrar lo farsesco, (el mejor amigo del protagonista se presenta en su casa tras haber robado un banco; su hijo le "levanta" a su amante delante de sus propias narices; y su padre se pasea con pistola por la casa), falta musculatura, no sólo de la interpretación, sino también de la misma palabra, para alcanzar el tono cómico y el ritmo trepidante que requiere el género.
Se habla y se habla, se dice y se dice, se abren y se cierran muchas puertas, pero poco sucede que interese. La acción transita por un menú de tópicos sociales que parece responder a la carta de ingredientes de todas las "sit-coms" televisivas de estos tiempos: padres separados -o viudos-, con amantes que pululan por la casa familiar; varias generaciones de abuelos, hijos y nietos, reunidas en un piso, y las dificultades de la convivencia. La educación sexual, la instrucción moral y las responsabilidades de unos con otros. La corrupción de la prensa amarilleada sin escrúpulos; las fusiones de empresas y los despidos que generan; los sindicatos, la banca, la arterioesclerosis... no falta de nada, sólo teatro.
Estos guiones -que no textos dramáticos- no profundizan en ninguno de los numerosos temas que abordan, y eso es la peor pérdida de sentido que pueda tener la palabra teatral, por muy de falsa comedia que quiera disfrazarse. "Ay, qué Caray" tiene demasiados, obvios y explícitos mensajes, que la dejan lastrada frente a la necesaria ligereza de la comedia, que cuanto más liviana (como los mosquitos) resulta más graciosa, feroz y punzante.
"¡Ay, qué caray!" está representada por una compañía madrileña, en la que destacan las dotes cómicas de Guillermo Montesinos y la hermosa escenografía del lamentablemente desaparecido Fabiá Puigserver.
Si el teatro catalán ostenta magisterio en conciliar calidad artística y comercialidad, no debería descuidar la calidad de sus textos, porque son los que permanecen con el paso del tiempo, y fijan el liderazgo ideológico del teatro, que sólo se alcanza con la sólida construcción del lenguaje, que imprime a su obra un verdadero autor dramático.

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