sábado, 17 de julio de 2010

LA COMEDIA DE LAS EQUIVOCACIONES


"El inspector". De Nicolai Gogol. Dirección: Footsbarn Travelling Theatre. Reparto: Valère Bertrand. Julie Biereye-Meziat. François Lecoq. Rod Goodall. Paddy Hayter... Compositores: Maurice Horsthuis. Chandran Veyattummal. Música: Andrezj&Anna Brych. Máscaras y escenografía: Fredericka Hayter. Iluminación: David Murphy. Vestuario: Charmian Goodall. Madrid. Teatro Albéniz. 14-11-2001.

La "Footsbarn Travelling Company" es una genuina y festiva compañía británica. El "publico de festival" conoce su trayectoria, a mitad de camino entre los clowns y los actores, entre la carpa de circo y el escenario teatral. Lo que en otras compañías teatrales es un rumbo marcado por una línea dramatúrgica, en "Footsbarn..." es una manera de observar la vida desde el teatro. Le sucede lo que a "Els Comediants", o el viejo "Teatro Zíngaro" de Bartabás, son reductos de una forma comunal y colectiva de entender la representación teatral, justo como un modo de vida.
Su nuevo espectáculo "El inspector", basado en la obra del autor ruso Nikolai Gogol (1809-1852) escrita en 1836, es una continuación sesuda de su hasta ahora festiva y afortunada trayectoria. Los placeres a que tienen acostumbrados al público los integrantes de "Footsbarn...", están presentes en esta nueva entrega. Espíritu festivo, música en directo, trabajo mímico de los actores, elocuencia corporal en algunos afortunados personajes, (como el criado que actúa dando saltos) dan su sello a esta sensual y visual compañía británica.
Sin embargo, el empeño en desarrollar toda la carga dramática del autor ruso en su alegre puesta en escena, termina provocando cierta pesadumbre en el público. Gogol tuvo una crisis espiritual tras escribir esta obra que le condujo hasta el auto exilio, pues se le consideró un dinamitador profundo del orden social de la Rusia zarista. En el montaje de Foostsbarn, todo es demasiado jacarandoso para transmitir la profundidad dramática de los conflictos planteados: los sobornos y la corrupción política.
Bien es cierto que la forma de afrontar esta comedia de las equivocaciones es absolutamente clásica en la historia del teatro satírico. Puede sentirse en la representación el pulso más visceral del autor latino Plauto; o del mismo Shakespeare en sus comedias de enredos juveniles; o si apuramos el frasco, hasta en "Los caciques" de Carlos Arniches. Es la vieja historia podrida de siempre.
A pesar de ser ingleses, los miembros de "Footsbarn..." no son un prodigio de la dicción verbal, con lo que la obra de Gogol se les queda un poco grande. Lo suyo es el hallazgo festivo, la fiesta y la exaltación circense. Un drama de tintes tan oscuros como éste, se les escapa de las manos. El público celebró el precioso trabajo de máscaras de la compañía, con largos aplausos, e incluso realizaron algunos bises musicales para regocijo final del público.

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