viernes, 16 de julio de 2010

EL VERDADERO ERUCTO DE LA VANGUARDIA


"Ubú Rey” de Alfred Jarry. Dirección y adaptación: Alex Rigola. Reparto: Sandro Cordero. Julio Cortázar. Lino Ferreira. Carlota Ferrer. Patricia Gomendio. Patricia Luna. María Miguel. Rocío Osuna. Amanda Recacha. Fernando Sánchez-Cabezudo. Jordi Collet. Espacio sonoro: Jordi Collet. Escenografía: Elisa Sanz. Vestuario: M. Rafa Serra. Iluminación: María Doménech. Madrid. Teatro de la Abadía. 14-3-2002.

“¡Por mi puta polla verde!”, exclama el padre Ubú al comienzo de cada uno de sus parlamentos, resumiendo en esa inspirada exclamación, todo el desprecio con que el Poder blande sus argumentos. La escatología y la violencia expresan a la perfección la rabia contenida de tanta víctima de la injusticia implacable, que da cuerda al reloj de la Historia.
“Ubú rey” fue escrita por Alfred Jarry con la intención de patear y provocar al público burgués. La palabra “Mierdra”, con que se inicia la obra, pasó a la historia de la dramaturgia como una coz que recibió el Sistema en el núcleo de su pensamiento. Aunque la obra fue estrenada en el París de 1900 con gran polémica y escandaloso recibimiento, no sería del todo ungida para la historia del arte dramático, hasta que los surrealistas coronaron a Jarry santo profeta del surrealismo, adoptándolo como padre ideológico y matriz del eructo de la auténtica vanguardia.
Alex Rigola ha trasladado a nuestro tiempo la pesadilla recurrente de la lucha por el poder, entendiendo que lo que Jarry plantea con esa colección de atrocidades, crímenes y violaciones, no es más que una radiografía realista –en clave de farsa, en clave de sueño- del verdadero funcionamiento de cualquier sociedad. De ahí el verdadero escándalo. El intenso desnudo que el autor realiza con su bisturí (tan satírico, como poético), no se acaba en las ropas, va más allá de la carne, para poner en evidencia la osamenta ideológica del enemigo. El poder no se recibe por vía divina, sino conquistándolo a base de sangre.
La puesta en escena de “Ubú rey”, que presenta Rigola, ayudado por un equipo de excelentes intérpretes, es uno de los mejores espectáculos de vanguardia que se han visto en las últimas temporadas. Toda una prueba de que la “bobez exhibicionista” sea la única vía que le queda para avanzar a nuestra escena actual. Los espectáculos de “género escandaloso”, se originan no en la obscenidad, la procacidad, o el atrevimiento de sus creadores, a la hora de poner en escena ciertas obras, sino en su falta de talento, y en su inoperancia para despertar el saludable interés del auditorio que acciona la verdadera comunicación teatral
“Ubú Rey” es una obra que pertenece a la mejor estirpe del teatro, un ejemplar que provoca y conmociona, y que no se queda en las meras lindes del paupérrimo escándalo. Lo bueno del montaje de Rigola es la presencia escénica de la inteligencia, a la hora de elaborar un urdido discurso escénico-dramático, que rompe barreras de lenguajes, sin olvidarse ni un solo instante, de la profunda teatralidad que requiere cualquier hecho escénico.
La puesta en escena combina grandes combina logradas escenas farsescas e irónicas, con grandes pesadillas musicales y coreografías sonámbulas de tortura y sexo, de un alto impacto emocional, pero de una profunda belleza teatral. Toda la larga alegoría final de la guerra, la destrucción y la muerte, es de una intensidad y un erotismo perturbadores y violentos, pocas veces vistos con esa crudeza en escena. Por otra parte, cuando llega la hora de desgranar un parlamento, la perfecta dicción, la energía escénica del excelente coro de intérpretes, congela la sala en unos momentos de profunda conmoción y belleza. Contando la historia de “Ubú Rey”, Rigola ha puesto en pie una ceremonia sensual de la inteligencia y de la carnalidad de las ideas, que debe mover una puesta en escena contemporánea, donde el teatro se reconoce como en el mejor espejo.
La noche del estreno, el público ovacionó repetidamente el maratónico esfuerzo imaginativo y físico de todos los integrantes de esta intensa y hermosa representación violenta.

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