sábado, 17 de julio de 2010

LAS TINIEBLAS DEL DESEO


"Dulce pájaro de juventud". De Tennessee Williams. Versión: José Luis Miranda. Dirección: Alfonso Zurro. Reparto: Analía Gadé. Pep Munné. Francisco Piquer. Román Sánchez. Nathalie Poza. Luisa Fernanda Gaona... Escenografía: Alfonso Barajas. Figurines: León Revuelta. Madrid. Teatro Albéniz. 12-12-2001.

El enfrentamiento de pasiones al límite con que suele construir sus dramas el truculento y genial dramaturgo norteamericano Tennessee Williams, impactó desde su primer estreno. "El zoo de cristal" fue un rotundo éxito que lo situó en el candelero de autores consagrados. El joven autor demostraba una especial capacidad para remover oscuras pasiones en los rincones más secretos del público. Sus historias realatan pasiones animalescas encarnadas en seres humanos, hombres y mujeres de gran singularidad y potencia dramática, Stanley Kovalsky, Alejandra del Lago, Blanche Dubois... con nombres y apellidos propios. Los protagonistas de sus historias nacen con fuerza mítica y personalidad arrebatadora e inolvidable. Su calibre temperamental y artístico les llevó a saltar automáticamente a la pantalla de cine, y a ser encarnados con actores y actrices que se consagraron interpretándolos, como Marlon Brando, Paul Newman, Vivien Leight, o la mismísima Jessica Tandy. En España también ha sido un ejercicio de virtuosismo para muchos de nuestras mejores actrices y actores.
"Dulce pájaro de juventud" nació bastante después de que su autor se consagrase, se nota en su escritura y en el carácter de sus personajes, que están obligados a seguir la senda de sus mayores. Son en cierto modo, variaciones sobre un mismo chulo, o variaciones sobre una misma dama decadente. Los personajes de "Dulce pájaro de juventud" no nacen del sexo amoroso de su autor con el teatro, provienen de cierta rutina matrimonial con el éxito. que no nos muestra los más desgarrados rugidos del autor de "El zoo de cristal", o de "Un tranvía llamado deseo". Su impronta es tan fuerte, que el mismo autor parece imitarse a sí mismo; como una réplica de un verdadero original. La historia de Alexandra del Lago y Chance Wayne no termina de arrebatar al público. Es casi más telefilme que pieza dramática. Debe ser una deformación producida por las pantallas.
Analía Gadé se acerca al personaje de la actriz de fama que siente su decadencia física, y teme que le acompañe también el fracaso y la decadencia artística. Por edad y oficio coincide con el personaje, y se desgañita en sus borracheras, de la misma forma que da prestancia y autoridad a esta hermosa y frágil genial hembra.
Alfonso Zurro imprime a la representación un tono de convencionalidad y justeza, que ilustra asépticamente la caustica visión que realiza Williams de sus paisanos, los habitantes del "sur" de Estados Unidos. Sólo la hipocresía y la inmoralidad consentida de los poderosos alcaldes y gobernadores, son capaces de engendrar y amamantar estos conflictos trágicos y excesivos que pinta el autor sudista.
Pep Munné compone con minucia y matices su personaje de hermoso prostituto, a punto de marchitarse.
La buena interpretación de Francisco Piquer y el resto del elenco, ponen en pie un drama como los "de antes", emparentados con esas películas en tecnicolor que nos devuelven a menudo nuestras domésticas pantallas de televisión.

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