lunes, 5 de julio de 2010

EL MISTERIO DEL SEXO


"Jugar con fuego". De August Strindberg. Traducción: Igor Cantillana. Dirección: Staffan Valdemar Holm. Escenografía y vestuario: Bente Lykke Moller. Iluminación: Guillermo Ganga. Reparto: Marcelo Alonso. Juan F. Melo. Alessandra Guerzoni. Jessica Vera. Eduardo Barril. Sonia Mena. Madrid. Teatro de la Abadía. Fecha de estreno: 21-9-1999

¿Qué sucede cuando se vuelca abiertamente el mundo del deseo sobre las tablas de un teatro?; ¿qué acontece cuando los hombres y mujeres aceleran el motor de sus pasiones hasta el fondo?; ¿de qué forma afecta este arrebato instintivo a su identidad como seres humanos?; ¿se puede conocer mejor la verdad de la condición humana y social, a través de este desgarramiento, que con la ordenada hipocresía cotidiana? ... Todas estas preguntas pueden encontrarse formuladas en los entresijos de la obra del autor sueco August Strindberb. Fue un hombre audaz para su tiempo, siempre fiel a su curiosidad por los límites de la moral social y la verdadera sustancia de la naturaleza humana; y por supuesto tuvo que marcharse de su país. Opinaba que el teatro era un buen lugar para diseccionar sus propios conflictos personales y, a la par, reflejar las enfermedades sociales de su época.
"Jugar con fuego" ofrece al espectador una excepcional posibilidad de disfrutar de la palabra de Strindberg en nuestra propia lengua, ya que lamentablemente no se prodigan mucho sus estrenos, ni siquiera la publicación de sus obras. ¿Será porque Strindberg sigue siendo aún demasiado "fuerte" para el público no sólo español, sino en general de estos tiempos, demasiado preocupado por la "corrección" de los comportamientoS? El autor sueco de hace cien años, el padre de la licenciosa Señorita Julia, sigue siendo el autor que ha elevado el diálogo dramático a su mayor voltaje sexual, sin renunciar a su fuerza poética y simbólica.
El teatro Nacional de Chile ha realizado con "Jugar con fuego" un brioso espectáculo en el que las pasiones expuestas por Strindberg cabalgan libres hasta desatarse la melena. Puede rastrearse en este montaje -cuya acción ha sido trasladada a nuestros días- una cierta "latinización" del autor sueco; la brillante interpretación del carnal y seductor elenco, está acompañada de un dinamismo feroz, tórrido y energético. Es saludable esta liberación de la escena y parece lo adecuado para la temática tratada por Strindberg; pero, también puede echarse en falta cierta sutilidad, sugerencia, estatismo, silencio... para que fluya con más intensidad la voz del autor y la verdad de sus personajes. El diagrama emocional del conflicto está bien dibujado y comprendido; pero quizás debería haberse pintado este fresco de pasiones humanas desgarradas, con un pincel algo más fino e imperfecto; enriquecería el misterio que siempre acompaña al amor y al sexo.

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