viernes, 2 de julio de 2010

LA NOCHE DE SAN JUAN

"Hombres... y alguna mujer". Dirección: Antonia Sanjuan. Sobre textos de Felix Sabroso. Antonia San Juan, Rafael Mendizabal... Intérprete: Luis Miguel Seguí. Madrid. Teatro Alfil.

Antonia San Juan se ha convertido de la noche a la mañana, gracias al cine de Almodóvar, en patrimonio del público. Los espectadores establecen lazos de cariño con los humoristas; los magos de la risa; los transmisores de la alegría caústica y mordiente; los provocadores de esa noble institución terapeutica que es la carcajada. La San Juan aporta una frescura por sí misma que tonifica y, a la par, sorprende con la originalidad de su humor, de profunda raíz almodovariana; o sea, popular. El éxito de la película está fundamentado en ella; es el personaje más verdadero de la cinta, con el que el espectador más gozosamente se identifica. Da la sensación de que el auténtico Almodóvar, el genuino, el castizo, sólo sobrevive a través de este personaje que nos remonta a sus primeras cintas.
Felix Sabroso, Rafael Mendizabal y la misma San Juan, autores -entre otros- de los guiones que sostienen este espectáculo dirigido por Antonia San Juan, siguen la senda de humor negro, y mirada despiadada y corrosiva sobre el mundo actual, abierta por Almodóvar, y otros olvidados centuriones de la movida madrileña. No es de extrañar que el público acuda a raudales a ver el espectáculo dirigido por su actriz fetiche favorita; además, no salen decepcionados. Las dosis de humor y las tormentas de risa que se provocan en la sala durante la actuación de Luis Miguel Seguí, dan buena cuenta de ello.
La obra se compone de varias historias urbanas de personajes extravagantes, mirados con burla bajo el microscopio satírico. Hay un punto de absurdo que los hace muy teatrales, y sobre todo están justamente interpretados por Seguí, dirigido con eficacia, limpieza y claridad por Antonia Sanjuan. Las atmósferas dramáticas de cada escena están bien dibujadas y mejor combinadas. La sucesión de "sketches" autónomos suele generar espectáculos atomizables, desmontables, intercambiables. En "Hombres, ... y alguna mujer" parece que la distinta galería de personajes que encarna Seguí se necesiten unos a otros.
Marujonas convertidas en sindicalistas mafiosas; subnormales avarientos y libidinosos; comedidos homosexuales defenestradores del orden familiar; lectores de escupitajos y de mocos; hermanos gemelos psicópatas y asesinos, forman un bosque de pícaros, divertidos y siniestros, que provocan el regocijo del público, en esta graciosa velada ofrecida por la San Juan y sus colaboradores artísticos.

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