viernes, 16 de julio de 2010

LOS ENTRESIJOS DEL MADRID BARROCO


“El escondido y la tapada” de Calderón de la Barca. Versión y Dirección: Manuel Canseco. Reparto: Gabriel Moreno. Orencio Ortega. Juanma Navas. Lola Muñoz. Cristina Juan. Ángel Amorós. Pedro Forero. Ramón Pons. Aida Estrada. Maite Jiménez. Escenografía: Lorenzo Collado. Música: Fernando Pérez Ruano. Madrid. Galileo Teatro. 3-5-2002.

Las comedias de Calderón tiene la habilidad, (como las ruinas de Pompeya, o las películas de Almodóvar,) de fijar las costumbres de toda una época. El material de la comedia si es contemporáneo, suele llegar con más fuerza al público, porque la identificación con las sátiras que se realizan en la escena se produce de una forma más directa, cuando los personajes ridiculizados le son cercanos en el tiempo y en el aspecto. La comedia se apoya en los objetos, en los trajes, en las comidas, en las joyas, que en más de una ocasión se convierten en personajes de la trama. Esta acumulación de “concretos” de toda una época es lo que le da ese carácter delicioso, junto a la terapia colectiva de la risa, hasta convertirla en el género más querido del público, por los gozos que le suministra.
El Madrid de los Austrias del S. XVII comía chocolate y fumaba tabaco como signos de distinción; las damas paseaban con la cabeza cubierta con velones, los caballeros con espada y grandes bandas sobre el pecho; los amantes se perseguían y encontraban en los lugares más enconados, huyendo de miradas maledicentes.
Todo ese microcosmos urbano de las clases acomodadas madrileñas, y de los lances de amor y honor que los relacionan y enfrentan, son los motores de esta pieza.
La fe del director Manuel Canseco en las virtudes de los clásicos españoles le permite desarrollar un espectáculo vivo y estimulante, que consigue introducir al público en las peripecias y emociones que encierran los versos del profundo dramaturgo español de la Contrarreforma, que tanta gloria dio al teatro patrio, tanto con sus Autos Sacramentales o sus tragedias, como comediógrafo.
En un arquitectónico decorado de inspiración portuguesa, Canseco representa las calles y las estancias de las casas nobles madrileñas de aquella época, mientras sus inquilinos realizan traslados y mudanzas. El componente amoroso no puede faltar en una comedia, y la trama de “El escondido y la tapada” se desarrolla en torno a los idilios interrumpidos de dos parejas que se encuentran en una difícil encrucijada.
La calidad de los intérpretes en su interpretación natural del verso es en parte la responsable de este notable trabajo, que concluye el oportuno ciclo que el teatro Galileo ha dedicado a los autores clásicos en los últimos meses. Gabriel Moreno, Orencio Ortega, Juanma Navas, Lola Muñoz y Cristina Juan, encabezan un eficiente equipo de doce intérpretes que, bajo la certera batuta de Canseco, llevan a cabo la feliz representación de esta pieza calderonesca.

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