"Preferiría que no". De Antonia Brancati. Nueva Comedia S.L. Dirección: Gerardo Malla. Actrices: Julia Gutiérrez Caba, Cristina Higueras. Madrid. Teatro Muñoz Seca. 21-1-1999.
En la obra "Preferiría que no", la autora italiana Antonia Brancati construye un drama familiar a través de los diálogos de una madre y una hija que no se han visto en veinte años. Sus confesiones, acusaciones y reproches (sin ahorrarse dos intentos de asesinato en escena) sirven para hilvanar un gran repertorio de temas de actualidad: la alta política, el poder de la prensa, la infidelidad conyugal, la locura y la cordura, la lealtad y la traición... un completo cónclave de actualidades que se presupone puede interesar al público de hoy. Representar autores extranjeros es algo que, a priori, puede resultar muy saludable y evitar asi una posible endogamia teatral. Sin embargo, vistos los resultado de este espectáculo creo que sería preferible que los productores leyesen antes las obras que escriben los autores de su propio país, porque a lo mejor encontraban textos igual de interesantes (o más), que están pidiendo a gritos ser subidos a escena, y de paso se ahorraban la traducción.
También sería preferible que mujeres con iniciativa empresarial y capaces de mover los duros engranajes del teatro, como demuestra serlo Cristina Higueras, fuesen capaces también de reconocer sus limitaciones dramáticas y no se expusieran a evidenciar sus carencias interpretativas en personajes de gran envergadura como la hija de esta obra. También sería preferible que Adolfo Domínguez no volviera a vestir a ninguna actriz para salir a escena, por si acaso. Sería preferible, además, que directores como Gerardo Malla no se empeñasen en evidenciar su puesta en escena con tantísmos, como innecesarios, movimientos y acciones físicas de las actrices, que sólo terminan perturbando la comprensión del texto. Y también sería preferible que actrices tan grandes como Julia Gutierrez Caba tuviesen ofertas laborales más interesantes y no se viesen obligadas a aceptar trabajos como éste, porque en definitiva su nombre y su prestigio se convierte en reclamo de un público que queda defraudado con esta representación, demasiado intelectual para sus expectativas. También sería preferible que insonorizaran el teatro donde se representa esta obra, porque es un poco duro para actrices y público intentar aceptar la convención de que la acción se desarrolla en una casa perdida entre las montañas, mientras en la sala se oye la Macumba de la discoteca de al lado. Y finalmente, sería preferible que no se hiciesen espectáculos tan "mortales" como éste, porque en definitiva son los responsables de que los espectadores pierdan definitivamente su fe en el teatro.
En la obra "Preferiría que no", la autora italiana Antonia Brancati construye un drama familiar a través de los diálogos de una madre y una hija que no se han visto en veinte años. Sus confesiones, acusaciones y reproches (sin ahorrarse dos intentos de asesinato en escena) sirven para hilvanar un gran repertorio de temas de actualidad: la alta política, el poder de la prensa, la infidelidad conyugal, la locura y la cordura, la lealtad y la traición... un completo cónclave de actualidades que se presupone puede interesar al público de hoy. Representar autores extranjeros es algo que, a priori, puede resultar muy saludable y evitar asi una posible endogamia teatral. Sin embargo, vistos los resultado de este espectáculo creo que sería preferible que los productores leyesen antes las obras que escriben los autores de su propio país, porque a lo mejor encontraban textos igual de interesantes (o más), que están pidiendo a gritos ser subidos a escena, y de paso se ahorraban la traducción.
También sería preferible que mujeres con iniciativa empresarial y capaces de mover los duros engranajes del teatro, como demuestra serlo Cristina Higueras, fuesen capaces también de reconocer sus limitaciones dramáticas y no se expusieran a evidenciar sus carencias interpretativas en personajes de gran envergadura como la hija de esta obra. También sería preferible que Adolfo Domínguez no volviera a vestir a ninguna actriz para salir a escena, por si acaso. Sería preferible, además, que directores como Gerardo Malla no se empeñasen en evidenciar su puesta en escena con tantísmos, como innecesarios, movimientos y acciones físicas de las actrices, que sólo terminan perturbando la comprensión del texto. Y también sería preferible que actrices tan grandes como Julia Gutierrez Caba tuviesen ofertas laborales más interesantes y no se viesen obligadas a aceptar trabajos como éste, porque en definitiva su nombre y su prestigio se convierte en reclamo de un público que queda defraudado con esta representación, demasiado intelectual para sus expectativas. También sería preferible que insonorizaran el teatro donde se representa esta obra, porque es un poco duro para actrices y público intentar aceptar la convención de que la acción se desarrolla en una casa perdida entre las montañas, mientras en la sala se oye la Macumba de la discoteca de al lado. Y finalmente, sería preferible que no se hiciesen espectáculos tan "mortales" como éste, porque en definitiva son los responsables de que los espectadores pierdan definitivamente su fe en el teatro.
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