"Familia”. De Fernando León de Aranoa. Dirección y adaptación: Carles Sans. Reparto: José Luis Pellicena. Ana Gracia. Carlos Heredia. Cristina Arranz. Silvia Casanova. Guillermo Muñoz. Susana Hernández. Miriam Montilla. Escenografía: Joan Barba. Iluminación: Roger Puiggener. Madrid. Teatro Albéniz.
No se puede negar que el cine de Fernando León de Aranoa interesa al público. El autor firma un cine de realidades cotidianas ensambladas por la imaginación posible de lo cotidiano, donde lo fantástico emerge con mucha más frecuencia de lo que imaginamos. No es un neorrealismo radical y exclusivamente militante, sino que se vale del poder de las fábulas y leyendas para hablar de nuestra sociedad en sentido metafórico, con visos de aparente realidad. En cierto modo se trata de un realismo mágico poblado de verdades sociales y humanamente aplastantes. Frente a la sofisticación melodramática de un cine dominante, Aranoa se interesa por la conciencia de sus personajes acerca del mundo en el que gastan sus vidas. Esta picante especia de verdad estimula el apoyo con el que el público respalda cada una de sus nuevas películas.
El excelente guión de “Familia” está construido sobre el artificio convencional sobre el que se sostiene todo el lenguaje teatral: alguien da vida a otro ser que no coincide con él mismo, mientras el público lo acepta como tal. Los miembros de la familia que Sebastián contrata para que interpreten a sus parientes cercanos, no son otros que actores que dan vida a otros personajes con un solo espectador, durante bastante más tiempo. El retrato irónico que Aranoa realiza de los integrantes de este grupo familiar, raya a veces lo tragicómico. Las fricciones que ocurren entre los miembros de esa familia contratada, son idénticas y similares, a las que ocurrirían con los familiares verdaderos.
Carles Sans se encarga de sacar el máximo partido a las delirantes, deliciosas y amargas situaciones que se plantean en el texto original. Saca gran partido de sus intérpretes, comenzando por José Luis Pellicena, uno de nuestros primeros actores teatrales más sólidos y solemnes; continuando por la esbelta y hermosa Ana Gracia, que realiza uno de sus mejores trabajos interpretativos, dando vida a la esposa del jefe de la compañía teatral, interpretado por Carlos Heredia con humor y temperamento escénico. Susana Hernández despliega su gran encanto, dando vida a Sole, la hermana de la protagonista; Silvia Casanova está cómica y cascarrabias; y el resto del reparto realiza buenas interpretaciones de los integrantes de esta saga ficticia. El público recompenso con sus aplausos el humor inteligente que despliega la compañía en escena durante toda la representación, y especialmente a León de Aranoa, presente en el escenario.
No se puede negar que el cine de Fernando León de Aranoa interesa al público. El autor firma un cine de realidades cotidianas ensambladas por la imaginación posible de lo cotidiano, donde lo fantástico emerge con mucha más frecuencia de lo que imaginamos. No es un neorrealismo radical y exclusivamente militante, sino que se vale del poder de las fábulas y leyendas para hablar de nuestra sociedad en sentido metafórico, con visos de aparente realidad. En cierto modo se trata de un realismo mágico poblado de verdades sociales y humanamente aplastantes. Frente a la sofisticación melodramática de un cine dominante, Aranoa se interesa por la conciencia de sus personajes acerca del mundo en el que gastan sus vidas. Esta picante especia de verdad estimula el apoyo con el que el público respalda cada una de sus nuevas películas.
El excelente guión de “Familia” está construido sobre el artificio convencional sobre el que se sostiene todo el lenguaje teatral: alguien da vida a otro ser que no coincide con él mismo, mientras el público lo acepta como tal. Los miembros de la familia que Sebastián contrata para que interpreten a sus parientes cercanos, no son otros que actores que dan vida a otros personajes con un solo espectador, durante bastante más tiempo. El retrato irónico que Aranoa realiza de los integrantes de este grupo familiar, raya a veces lo tragicómico. Las fricciones que ocurren entre los miembros de esa familia contratada, son idénticas y similares, a las que ocurrirían con los familiares verdaderos.
Carles Sans se encarga de sacar el máximo partido a las delirantes, deliciosas y amargas situaciones que se plantean en el texto original. Saca gran partido de sus intérpretes, comenzando por José Luis Pellicena, uno de nuestros primeros actores teatrales más sólidos y solemnes; continuando por la esbelta y hermosa Ana Gracia, que realiza uno de sus mejores trabajos interpretativos, dando vida a la esposa del jefe de la compañía teatral, interpretado por Carlos Heredia con humor y temperamento escénico. Susana Hernández despliega su gran encanto, dando vida a Sole, la hermana de la protagonista; Silvia Casanova está cómica y cascarrabias; y el resto del reparto realiza buenas interpretaciones de los integrantes de esta saga ficticia. El público recompenso con sus aplausos el humor inteligente que despliega la compañía en escena durante toda la representación, y especialmente a León de Aranoa, presente en el escenario.
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