sábado, 26 de junio de 2010

RECONCILIACIÓN DE SEXOS


"Defendiendo al cavernícola”. De Rob Becker. Versión española: Eduardo Galán. Reparto: Nancho Novo. Dirección: Marcus Von Wachtel. Madrid. Teatro Arlequín.

El teatro como reconciliador de los sexos corresponde a una vieja escuela satírica que alimentó las primeras comedias griegas. En la actualidad el tema florece en diferentes espectáculos, en los que se realiza un retrato paródico del sexo contrario al del intérprete que ejecuta la sátira. No nos engañemos, abundan más las piezas de mujeres que caricaturizan a los hombres, quizás porque una mayoría de público femenino llene las salas, o al menos sean las responsables de arrastrar a novios y maridos hasta un patio de butacas.
El papel que nos toca a los hombres en esas comedietas burlescas, suele rayar con lo patético. Prima más el rencor y el resentimiento, que la deleitable y corrosiva mirada cómica.
Por eso sorprende más la voluntad de reconciliación y entendimiento que ofrece el monólogo “Defendiendo al troglodita” del autor norteamericano Rob Becker, adaptada a nuestra escena y nuestra lengua por Eduardo Galán. Nancho Novo interpreta a este hombre que no se obceca en destripar y ridiculizar los hábitos de las hembras, sino que intenta exponer con la mejor voluntad las diferencias que existen entre la personalidad y el comportamiento de un hombre y el de su compañera. Apelando a cierta teoría prehistórica del hombre cazador y la mujer recolectora, se intenta realizar un bosquejo o una radiografía de que los hombres y las mujeres ven la vida de diferentes maneras, lo que no lleva implícito que unos sean sistemáticamente mejores que otros.
En un colorista escenario, y con una banda musical estimulante, Nancho Novo despliega su rico caudal de recursos interpretativos para mantener en pie el interés y la atención del público, que ríe y aplaude numerosas escenas y ocurrencias de la obra. Marcus Von Wachtel realiza una acertada dirección escénica, estimulando la teatralidad de este brillante monólogo.
El juvenil y numeroso público de una de las felices funciones golfas del teatro Arlequín, en sábado por la noche, aplaudió satisfecha y repetidamente a su protagonista.

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