lunes, 21 de junio de 2010

PASARELA DE PASIONES


“XXX”. La fura dels Baus. Versión libre de “La filosofía en el tocador” del Marqués de Sade. Dirección: Alex Ollé y Carlos Padrissa. Reparto: Teresa Vallejo. Pedro Gutiérrez. Pau Gómez. Sonia Segura. Vídeo: F. Aleu y E. Carlier. Escenografía: Roland Olbeter. Vestuario: Toni Allende. Coordinación musical: Miki Espuma y Big Toxic. Madrid. Teatro de Madrid. 11-9-03

Las artes de la simulación tienen que ver con la seducción y el erotismo. Fingimos ser otros para llamar la atención de nuestras víctimas del deseo, y garantizar el éxito de la cacería sexual. El Marqués de Sade terminó su vida en una prisión. Su vida libertina y sus escándalos hubieran sido transigibles, si no hubiese cometido -además- la intolerable alevosía de escribirlos. “La filosofía en el tocador” es un texto que lo dice todo desde su título: hay un entendimiento de la vida, desde la dionisiaca lógica del sexo. ¿Vivir para el sexo es una adicción patológica, o un método extremo de conocimiento?
El desarrollo y cultivo de estas tórridas imaginaciones personales se ha visto canalizado por la realidad tan virtual como ubicua que permite Internet. El axioma 24/7/365 (veinticuatro horas al día, siete días a la semana, 365 días al año,) es una consigna internáutica en los chats y foros más desaforadamente sexuales. Es en sí misma toda una filosofía vital del sexo, coincidente con la del visionario Marqués de Sade.
La Fura dels Baus demuestra seguir teniendo el máximo olfato comercial para fabricar “best-sellers” del escenario, y tenerlos sufragados por siete organismos institucionales y la colaboración de cinco entidades privadas. El talento comercial de La Fura, su fotogenia en los medios de comunicación, y su sentido de la oportunidad y la orquestación del escándalo son las verdaderamente admirables. Realizan un cóctel de ingredientes escénicos que producen imágenes de un gran impacto, por encima del contenido, de la estructura o del argumento. Han sido capaces de invocar el rito y la ceremonia más primigenia que les ha dado fama internacional con sus impactantes espectáculos, apoyados generalmente por una poderosa música en directo.
“XXX” siembra una semilla de escándalo en sus promociones, que no se corresponde con los resultados del montaje. Lo más hábil es el equilibrismo que realizan con los lenguajes simulados, que permite la alta tecnología manipulando las imágenes reales y las proyectadas para producir una semilla de duda en el público, de si lo que están viendo está realmente sucediendo en el escenario. El mayor acierto es que esto no suceda nunca, porque de lo contrario rebajaría a un noble auditorio, hasta la ínfima categoría de una panda de mirones pajilleros.
El tema de las feronomas y la interpelación directa al público, desdicen los aciertos conceptuales de la puesta en escena. En cuanto a los diálogos, la obra tiene poco que decirnos, porque la Fura no sabe hacer teatro con las palabras pronunciadas, como no demuestran sentido del movimiento escénico sus intérpretes, que siempre están mucho mejor callados.
La Fura seguirá triunfando en todos los festivales internacionales de teatro -sufragados con dinero público- porque en realidad sus montajes no hacen ningún daño a nadie. A pesar de que algunos espectadores abandonaron la sala hacia la mitad del espectáculo, el resto aplaudió comedidamente y sin demasiada insistencia al final de la representación.

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