lunes, 21 de junio de 2010

PELIGROSA HECHICERA


“Mi querido embustero”. Adaptación teatral de Jerome Kilty de las cartas de Bernard Shaw y Stella Campbell. Versión: F. Masllorens y F. G. del Pino. Reparto y dirección: Norma Aleandro y Sergio Renán. Escenografía e iluminación: Tito Egurza. Adaptación musical: Alberto Favero. Madrid. Teatro Marquina.

La eximia actriz británica Stella Campbell estrenó “Pygmalion” de Georges Bernard Shaw en 1914, interpretando el papel de Elisa Doolittle, su protagonista. El autor británico mantuvo con ella una íntima relación erótico-laboral, que generó una chispeante correspondencia, que hoy podemos disfrutar en escena. Si a dos monstruos teatrales de esta categoría, les dan vida sobre las tablas Norma Aleandro y Sergio Renán, el panorama no puede resultar más prometedor.
La calidad interpretativa de la Señora Aleandro se escapa -esta vez- de la prisión de las pantallas (donde ya la hemos disfrutado reiteradamente) para volar libre y viva sobre un escenario. La palabra temperamento se queda corta en este caso para definir su talento dramático. La palabra raza o estirpe se ajusta más a su condición de gran actriz. Ella encarna hoy lo que Stella Campbell representó en su tiempo: la cumbre de la interpretación teatral.
Todos estos factores se conjugan en “Mi querido embustero”, un recital de virtuosismo actoral que imparten la gran diva argentina, junto al gran actor Sergio Renán.
Se comenta, y no está lejos de ser verdad, que los actores argentinos han alcanzado un punto de virtuosismo con el idioma español, similar al de los prestigiosos intérpretes británicos con su lengua. La pareja protagonista de “Mi querido embustero” viene a demostrarlo.
Es una pena que tanto talento no puede refulgir totalmente sobre la escena, debido a la ausencia de drama. Por mucho que se haya empeñado Jerome Kilty en hilvanar un liviano argumento en torno a la lectura de esta singular correspondencia teatral-pasional, falta lo más importante para que se de en plenitud el hecho teatral: la obra, el autor, el demiurgo que organiza los factores del drama.
El público ovacionó a los intérpretes con entusiasmo, y la Señora Aleandro y el Señor Renán consiguieron levantar de sus asientos a casi todo el patio de butacas, elevado por la fuerza de sus aplausos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario