martes, 29 de junio de 2010

CRÓNICA DE UNA ISLA

"Memorias del ombligo del mundo". Teatro Quetzal. (Costa Rica). Actuación: Rubén Pagura. Dirección: Juan Fernando Cerdás. Madrid. Teatro El Canto de la Cabra.

Bajo la relajante cúpula vegetal del teatro al aire libre que "El Canto de la Cabra" ha instalado junto a su pequeño sala en una plazita contigua del barrio de Chueca, puede realizarse estas noches veraniegas del mes de agosto un viaje a la Isla de Pascua, de la mano de Rubén Pagura, un excelente actor costarriqueño que despliega todos los registros de su arte interpretativo para contarnos la Historia de cómo se elevaron los conocidos "moais" de esta isla del Pacífico, famosa por las gigantescas cabezas de piedra que adornan misteriosamente sus playas desde hace siglos.
El actor Rubén Pagura fundó el Teatro Quetzal a principios de los años noventa junto con el director Juan Fernando Cerdás, interesados en revisar y profundizar en la historia y tradiciones de las culturas de América latina, desde una perspectiva crítica que ayudara a comprender el presente, alumbrando las partes menos conocidas de su pasado.
Cerdás ha dirigido con sobriedad y elegancia este espectáculo que se sostiene en las potentes dotes escénicas de su intérprete Rubén Pagura. Cantos y danzas tradicionales, virtuosamente ejecutados, ayudan a desgranar esta lección de historia trasladada a un escenario con un buen sentido de la teatralidad. Como en un romance de ciego, Pagura va contando la historia de los reyes y reinas de la famosa isla, las luchas y enfrentamientos de sus pobladores durante la construcción de las portentosas esculturas de cabezas regias, que debían proteger a la isla de sus enemigos naturales y sobrenaturales. Todos los personajes que transitan por la historia -incluidos los femeninos- son interpretados por Pagura con un registro de voces y actitudes físicas calculadísimos y de brillante ejecución.
Sin embargo, viendo actuar a este gran actor de lengua hispana, acude a la memoria del espectador la figura de Darío Fo, enfundado en su vestimenta negra y dispuesto a dar su visión de los hechos de la historia desde una perspectiva arraigada en la cultura popular. Fo afronta en un solo sketch la interpretación de numerosísimos personajes a cual más regocijante y divertido. Eso es justamente lo que le falta a Pagura: humor y sátira descarnada para que esta especie de "documental exótico-histórico" alcance vibraciones vitalistas que hagan participar al público con su risa o su diversión, en esta refrescante e interesante crónica de una de las islas más peculiares del planeta.

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