lunes, 28 de junio de 2010

EL ÚNICO LUJO DE LOS POBRES


“Peribáñez y el comendador de Ocaña”. De Lope de Vega. Versión: José María Díaz Borque. Dirección: Alonso de Santos. Música: Eliseo Parra. Reparto: Joaquín Notario, Pepa Pedroche, Arturo Querejeta, Fernando Cayo. Paco Torres. Madrid. CNTC. Teatro Pavón. 10-X-2002.

Lope de Vega desarrolló el tema del poder injusto en tres de sus obras más conocidas: “Fuenteovejuna”, “El mejor alcalde, el Rey” y “Peribáñez y el comendador de Ocaña”. Esta última es una de las obras menos representadas y más hermosas de Lope, y se debe celebrar su elección y montaje por la Compañía Nacional de Teatro Clásico, pues devuelve al público –en tiempos de cartelera tan confusa- una de las principales joyas de nuestro teatro. Alonso de Santos ha subrayado la parte más lúdica de la obra, dando prioridad a la transmisión de la palabra lopesca –ayudado por Vicente Fuentes- por encima de cualquier otra golosina escénica. El montaje tiene otra rara virtud, la del protagonismo que se le ha adjudicado a la música en directo de Eliseo Parra y todo un coro de campesinos que le acompañan. El largo primer acto se hace entretenido y liviano sembrando las semillas de la tragedia que se acerca. Quizá sea ahí donde este brillante espectáculo tenga su punto débil; de tan luminoso, juvenil y alegre, pasa un poco por encima de la profundidad trágica del oscuro relato de pasiones.
Joaquín Notario vuelve a demostrar su solvencia interpretativa de personaje de carácter como el Comendador. Jacobo Dicenta reproduce bien el encanto de Peribáñez. Tiene vislumbres muy creativos en su interpretación. Carmen del Valle da vida a la bella Casilda, motor involuntario de este drama. “Peribáñez y el comendador de Ocaña” es un espectáculo de teatro clásico más allá de la supuesta pesadez mortuoria de nuestros antepasados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario