miércoles, 30 de junio de 2010

SHAKESPEARE A PEDAZOS *


“Shakespeare a pedazos”. Dramaturgia y Dirección: Jorge Muñoz y Blanca Portillo. Reparto: María Casal, Vicente Aguado, Jorge Muñoz, Gádor Martín, Rosa Rocha, Germán González, Manuel Ramos. Madrid. Sala Ensayo 100. 19-4-1999

El universo dramático de W. Shakespeare interesa tanto al teatro como al cine, a los académicos, al público corriente y a los jóvenes, que como se demuestra en este montaje "Shakespeare a pedazos" se siguen entregando con pasión a desentrañar y revivir las pasiones de sus personajes. Jorge Muñoz y Blanca Portillo han querido hacer su personal homenaje al bardo inglés más universal de todos los tiempos, con este trabajo teatral que se centra en Macbeth, Ricardo III, y Hamlet, tres de las obras más conocidas del autor; y teniendo en cuenta que se valen de un elenco muy joven, demuestran arrojo y valentía.
La representación está dirigida a un público muy joven, y no nececariamente iniciado en la obra de Shakespeare. Al comienzo de la desenfadada función, se explica que son unos cómicos que van a representar fragmentos de las obras citadas de Shakespeare, y esa explicación da pie a que el público sepa de las debilidades, problemas, y conflictos de la compañía teatral que va a actuar para ellos. Comienza Macbeth con desenfado, gracia, ingenio, y demás cualidades de una fiesta juvenil, un tanto "pasota" frente al canon shakespereano, decantándose por la síntesis y el humor propio del TBO y del cómic. Ricardo III está trasladado al Chicago de los años 30, y la corte en guerra, son familias de gangsteres. Cantan el texto (adaptádolo a melodías conocidisímas) y consiguen que no se entienda absolutamente nada, en las varias escenas que representan. El interés del juvenil público que llena la sala, decae enormemente, en algunos casos hasta el sueño. Y con la tercera obra elegida: Hamlet, consiguen lo más interesante de su trabajo: dar relieve dramático, conseguir intensidad y ritmo en la creación de la enrarecida atmósfera de la corte danesa y sus archiconocidos personajes.
Es una pena, que a estas "escenas" de Shakespeare que se muestran ante el público (en algunos casos notablemente), les falte una razón interior para convertirse en espectáculo. Todo lo que se trama en escena -al margen de Shakespeare- no se sostiene dramáticamente en un escenario, a pesar del entusiasmo desplegado por sus intérpretes. El espectáculo está falto de discurso interno.

* Esta crítica fue publicada en El Cultural

No hay comentarios:

Publicar un comentario