martes, 29 de junio de 2010

LA PANDILLA DE PICASSO


"Picasso adora la Maar”. De Alfonso Plou. Dirección: Carlos Martín. Reparto: Ricardo Joven. Cristina de Inza. Gabriel Ltorre. Laura Plano. Francisco Fraguas. Amor Pérez Bea. Juan Ramón Benaque. Vídeo: Pedro Ballesteros. Escenografía y atrezzo: Tomás Ruata. Vestuario: Jorge Pérez. Madrid. Teatro de La Abadía.

El arte dramático nació como una forma de adentrarse en los terrenos donde no resultaba fácil encontrar explicaciones sólo con la razón. De ahí que los dioses acudieran a escena a echarles una mano a los torpes humanos, para intentarles hacerles vislumbrar el más allá de la existencia. El teatro nació con vocación de explorar el corazón de las tinieblas, resultaba mucho más excitante adentrarse en lo desconocido y regresar con memoria de ese viaje imposible, una forma de vivir los sueños en vigilia.
Relatar en escena con precisión dramática la vida de un hombre famoso, vinculado a las servidumbres de una biografía que amarra el interés dramático, es una tarea más propia de otros medios de divulgación más amplios y superficiales que el teatro. Realizar teatro biográfico entraña un cierto contrasentido. El teatro documental tiene que ir acompañado de una melopea similar a la de Peter Weiss en “Marat Sade”, para compensar tanta fidelidad al mecanismo histórico.
“Picasso adora la Maar” es un trabajo escénico divulgativo, más que una interpretación de la pasión minotaúrica de Pablo Picasso por Dora Maar, una de las más fuertes contrincantes que tuvo el malagueño entre sus amantes estables.
El mayor hallazgo de la representación es un audiovisual de Pedro Ballesteros (pobremente integrado en el pobre espacio escénico,) que interpreta con mayor teatralidad que el mismo escenario, esta época de Picasso, en la que su cubismo se introdujo en el túnel de espejos del surrealismo. Los retratos cubistas toman vida en el cuerpo y el rostro de los actores virtuales, gracias a sugerentes recursos teatrales (ayudados por la informática) de los que la representación adolece.
El reparto ejecuta correctamente su labor, dentro del trabajo lineal de la representación. Las vacaciones en la Costa Azul, el periodo de elaboración del “Guernica” (que Dora Maar fotografió en todos los momentos de su gestación); y la segunda guerra mundial, son retratados a lo largo de esta obra, donde los intérpretes reviven las aventuras de Picasso y su pandilla.

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