sábado, 26 de junio de 2010

LA VOZ A LUIS DEBIDA


"En brazos del aire”. A partir de “La realidad y el deseo” de Luis Cernuda. Compañía Chácena: Dirección: Miquel Insúa. Reparto: Manuel De Blas. Carlos Hipólito. Pablo Paz. Dramaturgia: M. Insúa. José Luis Corrales. Jeannine Mestre. Escenografía: Gregorio Uclé. Vídeo: Pere Jaume.
Madrid. Círculo de Bellas Artes.

El Festival de Otoño se incorpora al homenaje al poeta sevillano Luis Cernuda, en el centenario de su nacimiento, con este exquisito y sensible recital dramatizado que presenta la compañía Chácena, bajo el cernudiano título de “En brazos del aire”. En la calle Aire vivió Luis Cernuda en Sevilla, a pesar de sus paisanos. El autor de “Ocnos” alcanza con este espectáculo quizás el más bello homenaje que pueda dársele: dar timbre, voz y carne a su poesía, que se eleva hermética y misteriosa desde la garganta poética de los tres intérpretes que evocan a Cernuda en tres edades y tres voces de su vida.
“La realidad y el deseo” es el título bajo el que reunió su Poesía completa el mismo Luis Cernuda, por lo tanto el material poemático que se utiliza en este espectáculo abarca toda la trayectoria del poeta español exiliado en México. Cernuda no sólo demuestra tener una enorme estatura como poeta adscrito de la Generación del 27, sino que además es el primer poeta abiertamente homosexual de la poesía española; una especie de Whalt Whitman o Kavafis español, atildado, frágil y exquisito.
“En brazos del aire” irradia sobre todo un enorme amor y admiración por la obra y la figura de Cernuda. Ese hombre diseccionado en tres planos de su vida: el adolescente, el hombre maduro y el anciano digno, es un ser de gran belleza moral, porque ha consagrado su vida a transmitir en versos su honda y atormentada relación con la belleza y el dolor de la vida, reciclando en intensos y complejos poemas, el conflicto motriz entre la realidad y el deseo.
Manuel de Blas despliega su alta estatura escénica para identificarse con las palabras del Cernuda viejo y desengañado que ya sólo cree en el deseo. Su presencia escénica sigue siendo una de las más sólidas de nuestro teatro. Carlos Hipólito eleva su sensibilidad actoral por encima de las palabras más comprometidas del poeta. El joven Pablo Paz respira vida en los poemas apasionados del joven Cernuda, brotando en sus labios los poemas, de una forma tan orgánica como la misma respiración natural.
Acompañados de distintas ráfagas musicales y sonoras, los poemas comienzan a tomar una entidad de presencia sobre el auditorio: se siente la voz de Cernuda. La poesía es hermana melliza del teatro, siempre respira con vida en un escenario, más aún cuando responde a la gran fiesta de ideas y sentidos, que convoca Cernuda en su obra.
El público aplaudió repetidamente a todo el equipo artístico que ha hecho posible el beso y genuflexión a Cernuda, que encierra este espectáculo.

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