sábado, 26 de junio de 2010

LAS LÁGRIMAS DE DON JUAN TENORIO


"Don Juan Tenorio”. De José Zorrilla. Versión y dirección: Maurizio Scaparro. Reparto: Luis Merlo. Gabriel Garbisu. Bárbara Lluch. Roberto Quintana. Juan Messeguer. José Luis Massó. José Luis Patiño. Empar Ferrer. Ángel Amorós. Mª José del Valle… Músicos: Scott A. Singer. Lucas Fuentes. Escenografía: Roberto Francia. Vestuario: Javier Artiñano. Iluminación: Juan G. Cornejo. Madrid. Teatro Pavón.

Si Don Juan Tenorio era el personaje más privilegiado del repertorio teatral español, ya que tenía asegurada su subida a escena todos los años, por la fiesta de difuntos; en los últimos tiempos, el mítico Tenorio se supera a sí mismo con representaciones múltiples. Parece que el personaje encierre en su aguerrido y violento pecho masculino, la semilla de todo el teatro español reunido en un solo mito. El Tenorio sigue interesando como un fenómeno plenamente metateatral a la profesión y al público, es la vara de medir los talentos escénicos e interpretativos de los más destacados profesionales. Siendo siempre la misma obra, son diferentes todos los espectáculos que se montan a partir de las truculentas aventuras de este implacable espadachín enamoradizo que responde al nombre de Don Juan Tenorio.
Maurizio Scaparro ha realizado una lectura de la obra de Zorrilla enormemente respetuosa con su espíritu original. Parece que el director italiano se hubiera españolizado en esta ocasión, para no intervenir drásticamente en un mito tan español como universal. Tampoco es exótica su mirada extranjera, por mucho que incorpore a la representación una cita literal de Merimé. Scaparro intenta realizar una elegante exploración por los límites del misterio sobrenatural que encierra la obra, asistido por una poco eficaz idea de teatro dentro del teatro, que impone un segundo tablado sobre la escena. Las entradas a gatas de algunos personajes no aportan ni misterio, ni majestad al montaje. La representación fluye con facilidad, entreteniendo al público, y desgranando a fondo los parlamentos de la pieza.
Quizás la mayor originalidad de este nuevo Tenorio sea la concepción del personaje -asumida por el actor y el director- como un don Juan sensible, dinámico, expresivo con sus manos, capaz de retar a los vivos y a los muertos; pero cargado de miedos interiores que no le privan de llegar incluso a las lágrimas. Luis Merlo da vida a un Tenorio muy contemporáneo, por vulnerable. Gabriel Garbisu insufla profundidad a su Luis Mejía, con personales resoluciones interpretativas. Roberto Quintana compone un Comendador enérgico, de voz y presencia poderosas, que disfruta anunciándole su muerte a Don Juan Tenorio. Bárbara Lluch interpreta con frescura, hermosa estampa, y juvenil belleza a Doña Inés de Ulloa, la novicia eternamente enamorada de Don Juan, su redentora final. Empar Ferrer da gracia y personalidad a su personaje de Brígida.
La noche del estreno el público siguió con interés la representación, y ovacionó a sus protagonistas, especialmente a Luis Merlo.

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