Construir un blog con 500 críticas teatrales publicadas en la prensa nacional *, es como completar un álbum de cromos, de los de la infancia. Los textos originales se conservaban en los desvanes de archivos del ordenador. Las imágenes con las que se ha resuelto ilustrarlos –los programas de mano- dormían en cajas, maletas y sobres que había que recuperar, ordenar y escanear uno a uno. A estas alturas, ando con una lista de títulos, cuyo programa aún no he localizado. Exactamente como sucedía con los cromos difíciles o imposibles, que nunca salían en los sobres, y que te costaba un potosí encontrarlos para completar el álbum.
La ilusión con la que se afronta este blog de críticas, también se parece a la de aquellos álbumes: juntar cada texto con su imagen, cada oveja con su pareja, resulta una ardua tarea, pero estimulante al mismo tiempo. Cuando pasas las páginas virtuales, de 25 en 25 cromos-críticas, te va viniendo un regusto inconfundible de satisfacción, parecido al que se sufre cuando éste no puede completarse.
Escribir crítica teatral es hablar de la sociedad que ha propiciado o permitido esos estrenos. No se trata sólo de contar lo que se ve dentro de los teatros, sino de lo que éstos son capaces de reflejar o comentar, sobre lo que está sucediendo fuera de ellos.
Esta colección o Diwan de 500 críticas de teatro, titulada El meteorito del teatro, contiene la crónica detallada del teatro que se veía en Madrid a finales del siglo XX y a comienzos del XXI. El espíritu del cambio de siglo queda por tanto en ellas humildemente reflejado.
La crítica teatral es un trabajo para sentimentales enamorados de una idea del teatro, y no de todo el teatro que ven continuamente. El crítico comprometido enciende una luz por el teatro que ha de venir, más que derramar un jarro de agua fría sobre los lectores. Esto le hace ser más exigente que la media, porque sueña un teatro perfecto. Un teatro cívico y artístico que esté por encima de los numerosos intereses particulares, en beneficio del bien colectivo del público.
Ya habrá ocasión de desarrollar muchos de los aspectos que evocan y permiten estas críticas, que por otra parte son un inventario del que pueden sacarse jugosas y sorprendentes estadísticas.
De momento nada más, sólo informarles de ciertas coordenadas recomendables para transitar por este blog en construcción.
NAVEGAR POR TEMPORADAS. En este momento, como mejor se navega en este mar de 500 críticas es a través de las etiquetas de las seis temporadas teatrales que abarcan. Esto es desde 1-12-1998 al 14-2-2004. En esas etiquetas pueden verse en grupos de 25, las críticas por orden cronológico, abarcando cada temporada desde primeros de septiembre hasta finales de agosto del año siguiente. El curso teatral tiene sus momentos altos en septiembre, octubre, medio noviembre, medio enero, febrero y marzo. En diciembre, abril, mayo y junio, descienden las representaciones considerablemente, dándole la temporada al crítico un respiro que necesita.
También pueden verse las críticas por salas, pero de momento contienen un error cronológico que pronto subsanaremos. Por salas, el orden en el que aparecen las críticas corresponde a un orden alterado de temporadas.
* Estas 500 críticas fueron publicadas ininterrumpidamente en el diario LA RAZÓN de Madrid, entre 1998 y 2004.