lunes, 19 de julio de 2010

LA RISA ES LIBERTAD


"Sopa de mijo para cenar". De Darío Fo. Versión libre de Fermín Cabal. Dirección: José Antonio Ortega. Reparto: Gerardo Malla. Gloria Muñoz. Francisco Maestre. Carlos Viaga. Marta Bódalo. Félix Gontan. Escenografía y vestuario: Ramón. B. Ivars. Iluminación: Felipe Gallego. Música: Miguel Malla. Madrid. Teatro Arlequín. 19-9-2000.

La incitación a la insumisión, la protesta y el inconformismo es una de las tareas básicas del teatro social. Brecht decía que la condición indispensable del teatro era entretener y divertir al público, para que la función didáctica pudiera hacerse efectiva gozosamente. Uno de sus más brillantes herederos, Darío Fo, sigue llevando esta propuesta hasta sus últimas consecuencias, tanto en la denuncia y la sátira pública, como en el saludable ejercicio de divertir al público. Además, Fo aporta la rica tradición corporal, y el ritmo trepidante de la "Comedia del Arte" italiana.
"Sopa de mijo para cenar" (una obra que ha levantado la polémica entre su autor italiano y su versionador español) se estrenó con éxito en la cartelera madrileña, hace más de 20 años. Es un dato importante.
¿Qué ha pasado realmente en España, en estos 25 años de democracia, para que el público del 2000 siga identificándose de una forma tan manifiesta como la risa, frente a temas tan candentes como: la invitación a la insumisión, el cierre de empresas, los despidos masivos, los trapicheos sindicales, el paro, las estrecheces económicas de los obreros, la corrupción de los patrones, o la resistencia activa frente a la policía?
La obra tiene una mordacidad profunda y comprometida, pero sobre todo, tiene la teatralidad que le otorgan su ritmo frenético, los efectos de argumento, los chistes políticos, la disparatada peripecia... Es casi una historia payasesca, con la mala uva del cabaret político. Muchas de las aportaciones del versionador enganchan directa y eficazmente con la realidad actual española.
El director entiende muy bien el juego, y la puesta en escena está llena de guiños eficaces y teatrales. Pero, es mérito esencial de sus intérpretes, que la obra termine arrancando la carcajada final del público. Gerardo Malla y Gloria Muñoz se crecen interpretativamente, en este montaje. Dan humanidad y delirio a sus personajes. La Muñoz despliega unas cualidades para la comedia muy eficaces a la hora de levantar la risa del patio. Paco Maestre, interpretando al inspector de policía (entre otros personajillos), se lleva de calle al público. Es uno de los mejores actores del teatro español; su presencia escénica, la más rotunda y singular. Su instinto para ajustarse al cronómetro que exige la más fina comedia, lo convierten en una suerte de domador de las risas del público. Marta Bódalo y Carlos Viaga completan con gracia y eficacia el reparto de esta saludable obra, que arranca del público carcajadas liberadoras.

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