domingo, 18 de julio de 2010

LA FUERZA DE LA COMEDIA GROTESCA


"Los caciques". De Carlos Arniches. Montaje original de José Luis Alonso . Dirección: Ángel F. Montesinos. Escenografía y Figurines: Antonio Mingote. Reparto: José Sazatornil "Saza". Rafael Castejón. Marta Fernández Muro. Empar Ferrer. Pepa Rosado. Ana Luisa. Jesús Garrido. Paco Torres. Carlos Manuel Díaz. Antonio Fuentes. María Felices. Coordinación de vestuario: León Revuelta. Escenografía: Alfonso Barajas. Madrid. Centro Cultural de la Villa. 21-1-2001.

La figura de Carlos Arniches es recordada sobre todo por sus sainetes, en los que supuestamente reflejaba la vida castiza madrileña. Porque no es que Arniches fuera un "ratero de oído" que persiguiera a los tipos populares para robarles el habla, sino que llegó a captar con tanta perspicacia el sentir del pueblo madrileño, que fue éste quien se reconoció en la palabra del dramaturgo, e hizo suyos muchos giros "castizos", que el alicantino había inventado para sus obras.
Arniches se había iniciado -a finales de siglo- en la escritura dramática con sus libretos para el Género Chico, y para el Teatro de la Hora, fórmulas abreviadas de zarzuela y comedia, que tanto éxito tuvieron en el tránsito del siglo diecinueve al veinte. Que el autor busque la musicalidad y el retruécano de las frases y expresiones de sus personajes, puede explicarse con estos orígenes; pero, por otra parte, Arniches también era consciente de que aumentaban la comicidad de los diálogos. Estas chispas y ocurrencias fueron también clave del éxito de los hermanos Quintero, quienes ostentaban el patrimonio del casticismo del sur de España. "Los caciques" pertenece a su última etapa, la más ambiciosa, la que él gustaba llamar de las "Tragedias grotescas", pero que en realidad sería más justo considerar "Comedias grotescas", pues aunque el argumento lleve engarzado una crítica social amarga, el lenguaje y la situación dramática de Arniches tienen que ver mucho más con los malentendidos, los enredos, y las situaciones grotescas de la comedia.
José Luis Alonso, que ha sido uno de los más brillantes hombres del teatro español del S.XX, montó en 1962 "Los caciques" de Carlos Arniches, con figurines y decorados de Antonio Mingote, para aumentar ese rasgo de comedia grotesca. En esta reposición, supervisada por Ángel F. Montesinos, y protagonizada por ese cómico tan entrañable para el público que es "Saza", se nota esa "mano" del director fallecido, para que -por encima de la brocha gorda cómica- aparezca un espectáculo fino y sabiamente concebido. El buen hacer de sus intérpretes lo demuestra.
Quizás, esa España rural y provinciana de "Los caciques" quede un poco desfasada, pero el público sabe muy bien que los caciques siguen existiendo en todos los ámbitos, aunque ahora, en vez de faja y vara de mando, lleven trajes de chaqueta, móvil, y ordenador portátil. El lenguaje destornillante de Arniches y su crítica contra la injusticia y la desigualdad, sigue garantizando oleadas de risas y explosiones de carcajadas entre los espectadores.

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