lunes, 19 de julio de 2010

PASIÓN POR LOS MECANISMOS

"Los engranajes" de Raúl Hernández Garrido. Dirección: Francisco Vidal. Cía. El Grito. Reparto: Marta Aledo. Esther Ortega. Noelia Tejerina. Txema Piñeiro. Luis Rayo... Madrid. Teatro Pradillo. 17-9-2000.

El autor Raúl Hernández Garrido parece haber dinamitado su obra una vez escrita; y luego, haberla recompuesto con los pedazos restantes hasta lograr "Los engranajes". Eso sí, aplicando un método de reconstrucción de los hechos, en base a escenas retrospectivas que se representan durante el juicio a un matrimonio que ha cometido un crimen, y a la mañana siguiente se ha zampado el cuerpo del delito. Acerca de cuál es realmente el foco, el tema, el núcleo, la cabeza rectora de esta pieza, el autor no ha dejado suficientes datos para que el público lo reconozca; o, quizás haya dejado demasiados.
El título de "Los engranajes" da una idea de la importancia que se da en esta obra a los mecanismos de percepción del hecho escénico y dramático; o, a los mismos mecanismos sociales que activan las causas de estos grandes conflictos que denuncian diariamente los informativos: los crímenes entre esposos, familiares, amigos, adolescentes... La obra tiene una clara intención social, y reúne en escena a casi todas las fuerzas vivas sociales (iglesia, justicia, policía, medios de comunicación...) para implicarlos en este asesinato que no termina muy bien de comprenderse por qué se ha cometido.
Francisco Vidal consigue levantar, con un joven elenco de estudiantes del Laboratorio William Layton, una puesta en escena dinámica, a veces rotunda, y con una gran energía de sus intérpretes. El montaje, si bien presenta una cierta originalidad temática y estructural, adolece de teatralidad. En beneficio de la exploración psicológica de estos personajes producidos por una sociedad patológica, se ha descuidado el lenguaje simbólico y poético. La representación sería más rica y exuberante, si hiciese un mayor uso de los lenguajes plásticos que propicia y requiere un escenario teatral. En busca de una desnudez oscura, y una crudeza urbana -cómplice de los hechos que se narran- se debilita la fuerza ceremonial de la representación.
El joven equipo de intérpretes de la compañía El Grito ofrece lo mejor que tiene para interesar al público. A la actriz que interpretaba el sábado a Nina, la protagonista, (la manía de los dobles repartos), aunque, eficiente, le faltan recursos para sostener sobre su personaje, el palo mayor de todos estos engranajes. Txema Piñeiro que interpreta al esposo, busca a fondo el máximo de humanidad para hacer entender a su personaje criminal; y Luis Rayo demuestra una gran energía y una buena presencia escénica, aunque le falte relajación para redondear su trabajo. Noelia Tejerina, interpretando a la madre, demuestra dosis de humor y un físico peculiar.
¿Teatro político?; ¿teatro judicial?; ¿teatro policiaco?; ¿teatro de suspense? ... En cualquier caso, "Los engranajes" es un espectáculo original, ambicioso e interpretado con una convicción doctrinal que estimula la curiosidad del público.

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