sábado, 26 de junio de 2010

BRINDIS POR LA AMISTAD


"La comedia de Carla y Luisa”. De Alonso de Santos. Director: Eusebio Lázaro. Reparto: Cristina Higueras. Fiorella Faltoyano. Fernando Sánchez Cabezudo. Alberto Agudín. Espacio escénico: Javier Artiñano. Vestuario: Roberto Verino. Madrid. Centro Cultural de la Villa. 27-2-03

La comedia de la amistad no está tan cultivada en teatro como en el cine. Parejas de amigas -o amigos- han protagonizado muchas películas famosas; mientras el teatro ha demostrado mayor afición por las historias de amor, siempre mucho más tormentosas y dramáticas. Alonso de Santos se decide a hincarle el diente a tan jugoso tema en su nueva obra “La comedia de Carla y Luisa”. El autor demuestra una vez más su interés por retratar el presente en sus facetas más características. Carla y Luisa no sólo son dos viejas amigas, sino que representan a dos tipos sociales de plena actualidad: la que trabaja, y la que está en el paro.
Toda una serie de conflictos sociales de nuestro tiempo están presentes en esta dulce comedia de amigas solas, enfrentadas con las trampas que a diario nos encontramos en la vida, en la calle, en el trabajo. Menos mal que en la intimidad de nuestros hogares podemos encontrar el remanso de unos seres queridos. Tener amigos verdaderos y duraderos es el mejor antídoto para combatir los males de la existencia, parece decirnos el comediógrafo con su nueva pieza; saludable tesis.
No obstante, el autor se regodea en sacarle el máximo partido a situaciones que genera el paro, como los conflictos de solidaridad laboral, el idealismo enfrentando al pragmatismo desalmado, la ironía sobre las desmesuradas reivindicaciones… El autor encadena la historia de las dos amigas como núcleo en el que confluyen numerosos chispazos de telediario.
A través del personaje de un maquinista de teatro, que irrumpe en escena, el autor crea un divertido y mordaz mecanismo de distanciamiento sobre la misma obra, que le permite crear los momentos más combativos, paradójicos y humorísticos de la pieza. Este maquinista que canta arias de ópera podría haber salido del teatro del absurdo.
Las siempre bellas Cristina Higueras y Fiorella Faltoyano repiten como pareja escénica, combinando a la perfección sus encantos y cualidades. Se entienden bien dialogando, y eso beneficia la verdad de la representación, algo que valora el público. La Higueras da vida a Carla, una ejecutiva separada y estresada, que acoge en su casa a la amiga descarriada sin trabajo. Fiorella interpreta a Luisa, la hippi en paro que aún sigue creyendo en la revolución pendiente, desde el arroyo en el que la va dejando la vida. Para mantenerse necesita del ala protectora de su amiga compasiva y “colocada”.
Eusebio Lázaro favorece una puesta en escena limpia y clara donde las actrices y sobre todo la palabra del autor son las protagonistas primordiales de esta representación de teatro, amable y extravagante, inquieta con los conflictos que amenazan nuestras vidas, y que parece decirnos al oído: estamos vivos, disfrutemos, brindemos por ello.

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