domingo, 20 de junio de 2010

HISTORIA UNIVERSAL DE LA SILLA







“Sit”. Una producción creada, dirigida e interpretada por Joan Grácia, Carles Sans y Paco Mir. Escenografía: Lluch Castells. Vestuario: Anna Güell. Música: Pere Bardagí. Iluminación: Roger Puiggener. Sonido: Francisco Grande y Gianfranco Pappalardo. Madrid. Teatro Nuevo Apolo.

Que una compañía estable y consagrada como Tricicle estrene un nuevo espectáculo, es todo un acontecimiento para sus seguidores. El éxito indiscutible generalmente coarta la creatividad y la productividad, pues la imagen de marca tiene tan alto el listón, que superarse a sí mismos se convierte en todo un riesgo. Los mecanismos espectaculares son así de paradójicos. Por eso es de agradecer, de antemano, la valentía y el arrojo de Joan Grácia, Carles Sans y Paco Mir (genuino Tricicle pata negra) de aventurarse en un nuevo y generoso espectáculo que divierte y excita a su público.
Las claves del éxito sin fronteras de este trío de fabulosos mimos son el humor y el silencio. Los mimos son unos seres atávicos en la historia del teatro, que algunos consideran anteriores a los mismos histriones, de los que nacerán los actores. El poder intuitivo del gesto es comunicativamente superior a la palabra, limitada por el sentido cifrado de las diferentes lenguas.
“Tricicle” regresa a los escenarios con “Sit”, un divertido e ingenioso espectáculo sobre el devenir de la silla y el asiento a lo largo de la Historia. Los aquilatados recursos interpretativos de Tricicle se unen en esta ocasión a un gran aparato plástico de gran sensorialidad que recorre el espectáculo, tanto en escenografía, vestuario, como música.
Escenificar un catálogo de sillas tampoco da para mucho drama ni mucha sátira. El talento de Tricicle salva con sus ingeniosas soluciones escénicas la carencia de conflicto en beneficio de la teatralidad. Quizás la reconstrucción de los asientos de un cine en el que se proyectan todo tipo de películas y espectáculos, sea de los momentos más logrados de este colorista y luminoso trabajo.

A los mimos no les puede censurar el texto nadie, por eso su naturaleza es tan satírica y sarcástica. En este “Sit” no hay ni un solo recurso que sobrepase el humor blanco. Por eso, cuando mejor funciona este espectáculo ensillado, es cuando se adentra en el mundo del circo, evocando y parodiando, equilibristas, payasos y acróbatas. Los mejores momentos de la representación coinciden con esta apoteosis tierna y circense que concluye el primer acto.
Tricicle demuestra un gran amor en su mirada hacia el circo, de tal forma que los animales deambulan por el espectáculo con naturalidad de viñeta fantástica. La animalización de las sillas en vacas y ovejas, los personajes de perros y otras bestias, le dan al montaje cierto aire de fábula tierna. De la misma forma las torres de sillas del circo chino son homenajeadas, y los Augustos y Pierrots cantantes.
En la segunda parte, se reinicia un nuevo espectaculito cuyos protagonistas tienen un problema común: el terror al dentista. La gracia y la maestría de los intérpretes hace que el público disfrute y ría a carcajadas con cada nuevo acierto de ingenio de los protagonistas.
Un divertido tebeo audiovisual que se proyecta sobre una gran pantalla en el escenario, nos educa igualmente en los avatares de la familia Chairwood, fabricante universal de sillas, y a cuyos descendientes tenemos el gusto de verlos actuar en el escenario.
El numerosísimo porcentaje de famosos de todos los pelajes que abarrotaba la sala el día del estreno, aplaudió enormemente complacido a tan genuinos artistas. ¿Para cuándo una nueva entrega de la compañía sobre la historia del calzado o el sombrero en el teatro?

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