"Sí... pero, no". De Pedro Corren, basado en la farsa francesa "MouMou" de Jean de Letraz. Dirección: Raúl Sénder. Reparto: Raúl Sénder. Alberto Closas. Esther del Prado. José Albert. Pilar del Río. Lucía Bravo. Nacho Lago. Diseño escenografía: Gerardo Trotti. Madrid. Teatro La Latina. Fecha de estreno: 14-9-99.
Raúl Sénder es ese tipo de comediante que ha existido siempre, fácilmente reconocible como "figurón" de toda una edad de las tablas. Su sentido del humor instintivo -a la par que agudísimo- va acompañado de unas virtudes histriónicas que conectan con la parte más gozosa del público: la picardía sexual, la sátira de los poderes públicos, su profundo sentido hedonista y juguetón, que al final no renuncia a su dosis de "moral edificante", y lo convierte en un producto amable para todo tipo de espectadores.
Por encima de la obra, del argumento, de las esculturales señoritas, y del glamour que derrama vestuario y decorado, (aplaudido en su belleza, nada más alzarse el telón), el valor de "Sí..., pero, no" es que permite al público pasar y gozar de un par de horas junto a Raúl Sénder. Él solo en escena, sin decorado, sería capaz de hacerles disfrutar de la misma manera, que envuelto en este bonito paquete de regalo con muchas sorpresas.
El comienzo de la representación es ya toda una fiesta. Los actores -vestidos de acomodadores-, se mezclan con el público en el patio de butacas, bajo una lluvia de pelotas gigantes de goma. Se empieza a jugar antes de que comience la obra. La llegada de Lina Morgan a su palco, el día del estreno, fue como otra escena más de la obra. Reina en sus fueros, era ovacionada desde abajo por su público. El teatro popular siempre garantiza dosis de alegría a los espectadores, y más si viene servido por un gran chef como Raúl Sénder, y en esta congestión de final de milenio, nunca está de más, relajarse y pasar un buen rato.
Por encima de las peripecias ingeniosas de la obra, defendidas muy bien por un profesional reparto, (en el que destaca Lucía Bravo en su sofisticado y divertido personaje de "chacha de hoy en día, en Marbella"), "Sí..., pero, no" es una oportunidad de disfrutar en su mejor medio a Raúl Sénder, un cómico que tiene la virtud de su anfitriona Lina Morgan, todo lo que hacen en un escenario le interesa al público, le divierte y puede fácilmente emocionarle. Cuanto más improvise el señor Sénder, sobre y contra el argumento, irá en beneficio de la diversión total del público.
Raúl Sénder es ese tipo de comediante que ha existido siempre, fácilmente reconocible como "figurón" de toda una edad de las tablas. Su sentido del humor instintivo -a la par que agudísimo- va acompañado de unas virtudes histriónicas que conectan con la parte más gozosa del público: la picardía sexual, la sátira de los poderes públicos, su profundo sentido hedonista y juguetón, que al final no renuncia a su dosis de "moral edificante", y lo convierte en un producto amable para todo tipo de espectadores.
Por encima de la obra, del argumento, de las esculturales señoritas, y del glamour que derrama vestuario y decorado, (aplaudido en su belleza, nada más alzarse el telón), el valor de "Sí..., pero, no" es que permite al público pasar y gozar de un par de horas junto a Raúl Sénder. Él solo en escena, sin decorado, sería capaz de hacerles disfrutar de la misma manera, que envuelto en este bonito paquete de regalo con muchas sorpresas.
El comienzo de la representación es ya toda una fiesta. Los actores -vestidos de acomodadores-, se mezclan con el público en el patio de butacas, bajo una lluvia de pelotas gigantes de goma. Se empieza a jugar antes de que comience la obra. La llegada de Lina Morgan a su palco, el día del estreno, fue como otra escena más de la obra. Reina en sus fueros, era ovacionada desde abajo por su público. El teatro popular siempre garantiza dosis de alegría a los espectadores, y más si viene servido por un gran chef como Raúl Sénder, y en esta congestión de final de milenio, nunca está de más, relajarse y pasar un buen rato.
Por encima de las peripecias ingeniosas de la obra, defendidas muy bien por un profesional reparto, (en el que destaca Lucía Bravo en su sofisticado y divertido personaje de "chacha de hoy en día, en Marbella"), "Sí..., pero, no" es una oportunidad de disfrutar en su mejor medio a Raúl Sénder, un cómico que tiene la virtud de su anfitriona Lina Morgan, todo lo que hacen en un escenario le interesa al público, le divierte y puede fácilmente emocionarle. Cuanto más improvise el señor Sénder, sobre y contra el argumento, irá en beneficio de la diversión total del público.
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