jueves, 1 de julio de 2010

FOTOMATÓN LÍRICO


"Las manzanas del viernes", de Antonio Gala. Reparto: Concha Velasco. Encarna Paso. Josep Linuesa. Mari Paz Ballesteros. Cristina Castaño. Antonio Rosa. Dirección: Francisco Marsó. Escenografía: Alfonso Barajas. Vestuario: Elio Berhayer. Madrid. Teatro Figaro. 6-3-2000.

El binomio Antonio Gala-Concha Velasco viene funcionando desde hace décadas, como una de las parejas escénicas de mayor impacto popular. Gala es un escritor-total que sabe llegar a la fibra sensible de sus lectores con suma facilidad, sea cual sea el género literario que maneje. El teatro fue el que le dio a conocer al gran público con obras de un gran impacto "metafórico social", y un sentido de la oportunidad instintivo, para ofrecer al público lo que ellos -sin saberlo- estaban necesitando. El primer desnudo integral de una actriz de teatro español, lo ofreció Victoria Vera en "¿Por qué corres Ulises?" en plena transición.
Por otra parte, todas estas píldoras impactantes de su teatro han ido siempre envueltas en ese sahumerio lírico-didáctico ("el amor es...") al que nos tiene acostumbrados la facilidad de palabra del autor cordobés.
Concha Velasco es una actriz polifacética y querida por la audiencia desde hace cuatro décadas: canta, baila, presenta, actúa en comedia o drama; en cine, TV o teatro, como una de nuestras más completas profesionales del entretenimiento. No es de extrañar que Gala y Velasco se complementen con tanta facilidad, ambos buscan lo mismo: llegar al corazón del público por la vía más corta.
"Las manzanas del viernes" es la última crónica que nos entrega Antonio Gala, como veloz Photomaton de nuestros tiempos. La fábula de una mujer empresaria, millonaria y solitaria, que encuentra "gigoló" que se convierte en la alegría de sus carnes; un argumento trufado con rayas de cocaína, novias de pasarela, consejos de administración, y mucho paparazzi esperando a la puerta, intentan ser una fotocopia radiante de lo que sucede en la España contemporánea, atacada por los fantasmas implacables del "triunfo" económico y social.
Una parte del público encontrará a su "Concha nacional" tan radiante, efectiva y simpática como siempre; y disfrutarán sin demasiados escrúpulos de esta obra esquemática, con desnudo masculino integral, que suele despertar risitas nerviosas en parte del público femenino y madurito de Gala. Otro sector del respetable puede que se ofenda al ver a la Velasco esnifando droga en escena, o manoseando la entrepierna de un muchacho. Y también puede que se ofendan artíticamente por ver a su "diva popular" recitando máximas, aforismos y sentencias de calendario zaragozano, ("El amor es...") en lugar de dar réplicas vivas y creíbles al resto de personajes que la rodean. Los "monólogos líricos" de Orosia Valdés, parecen escritos por un palido imitador de Antonio Gala. Encarna Paso, el joven Josep Linuesa, Mari Paz Ballesteros, y el resto del elenco están bien en sus personajes; mucho más creíbles, sensatos y hasta tiernos, que
esta supuesta heroína "galiana" de cartón piedra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario