"La tía de Carlos". De Brandon Thomas. Versión y dirección: Tomás Gayo. Julio Escalada. Reparto: Javier Vázquez. Paula Soldevila. Lara Dibildos. Carmen Gran. Miguel Angel Tocado. Tomás Gayo. Julio Escalada. Geli Albadalejo. Escenografía: Ricard Baldellou. Vestuario: Alicia Rueda. Iluminación: Felipe Ruiz. Madrid. Teatro Fígaro. 16-11-2001.
"La tía de Carlos" es un clásico de la comedia popular. El viejo placer atávico de los figurones teatrales travestidos de mujer tiene hondas raíces en la historia del teatro cómico. El hombre vestido de mujer hace reír, y en cierto modo da pánico. De ahí su poderoso atractivo. La eficacia de "La tía de Carlos" del autor británico Brandon Thomas radica en la habilidad de su autor de componer un inteligente vodevil, donde se saca el máximo partido a la jacarandosa situación de encontrar al macho vestido de hembra. Adelantándose a "Con faldas y a lo loco" de Billy Wilder, y a "La jaula de las locas" de .... "La tía de Carlos" fue pionera en imponer su nuevo canon femenino burlesco sobre las tablas. Hasta el mismo Cassen (Casto Sendra) llegó a rodar una divertida película titulada "La tía de Carlos en minifalda".
El montaje que presentan Tomás Gayo y Julio Escalada en Madrid, no es sólo una adaptación de esta obra a tiempos más modernos, sino un homenaje a toda esta convulsa y trepidante caterva de hombres que han triunfado como hembras en las pantallas de cine y en los escenarios teatrales. Tanto es así, que los versionistas no dudan en injertar como final de su montaje, los últimos y conocidos diálogos de la película de Wilder y su redondo epitafio "Nadie es perfecto".
De todo este amor al género nace un espectáculo sencillo y gozoso que divierte al público. La obra viene muy rodada, lo cual la beneficia. Los caracteres están muy perfilados, los personajes viven la situación dramática, lo que permite que la comedia avance y respire fácilmente. Escalada realiza una tan medida como eficaz interpretación cómica. Gayo usa a raudales su tosca comicidad para pasearse por la escena con gran desenvoltura bajo su peluca, mantilla y peineta. En este montaje prima más la voluntad de historieta cómica, que la de sofisticado espectáculo de alta comedia. Los personajes están caricaturizados y el ambiente santanderino de los años sesenta que recrea, es colorista como las películas de la época.
Todos los personajes están bien resueltos, la pareja femenina que forman Paula Soldevila y Lara Dibildos es muy divertida, por la contraposición de sus caracteres. La brutota comilona y la tontita miope, dan chispa a las equívocas situaciones de la obra. Los jóvenes Javier Vázquez y M.A. Tocado afrontan con frescura sus personajes. Carmen Gran y la debutante Geli Albadalejo completan este grupo de extrañas y felices parejas, que consiguen con sus peripecias, hacerle pasar una divertida tarde al público.
"La tía de Carlos" es un clásico de la comedia popular. El viejo placer atávico de los figurones teatrales travestidos de mujer tiene hondas raíces en la historia del teatro cómico. El hombre vestido de mujer hace reír, y en cierto modo da pánico. De ahí su poderoso atractivo. La eficacia de "La tía de Carlos" del autor británico Brandon Thomas radica en la habilidad de su autor de componer un inteligente vodevil, donde se saca el máximo partido a la jacarandosa situación de encontrar al macho vestido de hembra. Adelantándose a "Con faldas y a lo loco" de Billy Wilder, y a "La jaula de las locas" de .... "La tía de Carlos" fue pionera en imponer su nuevo canon femenino burlesco sobre las tablas. Hasta el mismo Cassen (Casto Sendra) llegó a rodar una divertida película titulada "La tía de Carlos en minifalda".
El montaje que presentan Tomás Gayo y Julio Escalada en Madrid, no es sólo una adaptación de esta obra a tiempos más modernos, sino un homenaje a toda esta convulsa y trepidante caterva de hombres que han triunfado como hembras en las pantallas de cine y en los escenarios teatrales. Tanto es así, que los versionistas no dudan en injertar como final de su montaje, los últimos y conocidos diálogos de la película de Wilder y su redondo epitafio "Nadie es perfecto".
De todo este amor al género nace un espectáculo sencillo y gozoso que divierte al público. La obra viene muy rodada, lo cual la beneficia. Los caracteres están muy perfilados, los personajes viven la situación dramática, lo que permite que la comedia avance y respire fácilmente. Escalada realiza una tan medida como eficaz interpretación cómica. Gayo usa a raudales su tosca comicidad para pasearse por la escena con gran desenvoltura bajo su peluca, mantilla y peineta. En este montaje prima más la voluntad de historieta cómica, que la de sofisticado espectáculo de alta comedia. Los personajes están caricaturizados y el ambiente santanderino de los años sesenta que recrea, es colorista como las películas de la época.
Todos los personajes están bien resueltos, la pareja femenina que forman Paula Soldevila y Lara Dibildos es muy divertida, por la contraposición de sus caracteres. La brutota comilona y la tontita miope, dan chispa a las equívocas situaciones de la obra. Los jóvenes Javier Vázquez y M.A. Tocado afrontan con frescura sus personajes. Carmen Gran y la debutante Geli Albadalejo completan este grupo de extrañas y felices parejas, que consiguen con sus peripecias, hacerle pasar una divertida tarde al público.
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