"Historia de un soldado". De Igor Stravinsky. Texto de C. F. Ramuz, en versión de Gloria Enedina Álvarez. Dirección: Peter Sellars. Orquesta: Avanti! Chamber Orchestra. Dirección musical: Grant Gershon. Cuadros: Gronk. Reparto: Liza Colón-Zayas. Alex Miramontes. Omar Gómez. Tiana Álvarez. Madrid. Festival de Otoño. Teatro de Madrid. Fecha de estreno: 29-10-99.
Exilio es, según el diccionario, la separación de una persona de la tierra en que vive. El exilio es el gran tema del siglo XX; lamentablemente tiene visos de serlo también en el S. XXI. La ruina moral y personal de los individuos que se ven obligados a abandonar su tierra, es leña para el fuego de la mejor creación artística: la que nace del dolor.
Igor Stravinsky se marchó de Rusia en 1917; comenzaba sus cincuenta años de exilio. Lo primero que escribió en su nuevo estado fue la "Historia de un sodado", como un grito desnudo de denuncia contra la inmoralidad de los hombres y sus guerras. La obra fue concebida como teatro de urgencia, para ser representada en camiones itinerantes por los barrios más desahuciados.
Peter Sellars se presenta en España con un ríspido montaje de la obra de Stravinsky, asistido por la orquesta de cámara Avantí¡, una formación musical finlandesa de gran calidad y virtuosismo. Su fama le precede como uno de los cerebros más audaces del mundo del espectáculo internacional. Dirige teatro, ópera, cine, organiza exposiciones, trabaja en cine, televisión, radio. Es un paradigma del hominus escénicus de nuestro tiempo.
La versión escénica de Sellars de "Historia de un soldado", es una ceremonia conceptual dirigida a la inteligencia del público; sólo el plano musical está dirigido a los sentidos. Su sobria propuesta es puro discurso, como si presentara un nuevo sistema de patronaje para cortar los dramas del futuro. Lo que importa no es la obra, es el rito, la representación que se hace de ella, ante un público.
No hay jerarquías artísticas, no hay sugestiones escénicas, los personajes no son humanos, sino arquetipos cuya única fuerza expresiva y reivindicativa está en la palabra.
En medio de esta deshumanización de los pilares del teatro clásico, (iniciada en Alemania por los expresionistas, Brecht y Piscator,) la emoción desaparece; aunque, el texto conserva un gran protagonismo. La poeta chicana Gloria Enedina Álvarez realiza una versión desgarrada, bella y contenida del texto original de C.F. Ramuz, (excelente traducción de los sobretítulos, de Mª Luisa Rodríguez). No deja de ser gratificante que el idioma de este espectáculo, (que representa las tendencias más vanguardistas del ágora americana,) sea un híbrido entre el inglés y un español cada vez más pujante.
Exilio es, según el diccionario, la separación de una persona de la tierra en que vive. El exilio es el gran tema del siglo XX; lamentablemente tiene visos de serlo también en el S. XXI. La ruina moral y personal de los individuos que se ven obligados a abandonar su tierra, es leña para el fuego de la mejor creación artística: la que nace del dolor.
Igor Stravinsky se marchó de Rusia en 1917; comenzaba sus cincuenta años de exilio. Lo primero que escribió en su nuevo estado fue la "Historia de un sodado", como un grito desnudo de denuncia contra la inmoralidad de los hombres y sus guerras. La obra fue concebida como teatro de urgencia, para ser representada en camiones itinerantes por los barrios más desahuciados.
Peter Sellars se presenta en España con un ríspido montaje de la obra de Stravinsky, asistido por la orquesta de cámara Avantí¡, una formación musical finlandesa de gran calidad y virtuosismo. Su fama le precede como uno de los cerebros más audaces del mundo del espectáculo internacional. Dirige teatro, ópera, cine, organiza exposiciones, trabaja en cine, televisión, radio. Es un paradigma del hominus escénicus de nuestro tiempo.
La versión escénica de Sellars de "Historia de un soldado", es una ceremonia conceptual dirigida a la inteligencia del público; sólo el plano musical está dirigido a los sentidos. Su sobria propuesta es puro discurso, como si presentara un nuevo sistema de patronaje para cortar los dramas del futuro. Lo que importa no es la obra, es el rito, la representación que se hace de ella, ante un público.
No hay jerarquías artísticas, no hay sugestiones escénicas, los personajes no son humanos, sino arquetipos cuya única fuerza expresiva y reivindicativa está en la palabra.
En medio de esta deshumanización de los pilares del teatro clásico, (iniciada en Alemania por los expresionistas, Brecht y Piscator,) la emoción desaparece; aunque, el texto conserva un gran protagonismo. La poeta chicana Gloria Enedina Álvarez realiza una versión desgarrada, bella y contenida del texto original de C.F. Ramuz, (excelente traducción de los sobretítulos, de Mª Luisa Rodríguez). No deja de ser gratificante que el idioma de este espectáculo, (que representa las tendencias más vanguardistas del ágora americana,) sea un híbrido entre el inglés y un español cada vez más pujante.
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