lunes, 21 de junio de 2010

EL ZOO FAMILIAR





“Como en las mejores familias”. De Agnès Jaoui y J. P. Bacri. Dirección: Daniel Dueso. Reparto: Javier Cámara. Gonzalo de Castro. Pau Durá. Blanca Portillo. Natalie Poza. Julieta Serrano. Teatro Marquina. Madrid.

La familia es tanto un ente protector como una escupidera de pasiones. La historia en común de todos sus miembros determina neuróticamente las relaciones. Favoritismos, alianzas, fobias, bandos… van determinando la partitura inacabable del psicodrama familiar.
Los dramaturgos franceses Agnès Jaoui y J. P. Bacri saben muy bien de lo que tratan en su obra “Como en las mejores familias”, porque están vertiendo en ella de una forma autobiográfica la pesadilla familiar. Hay en la obra una lógica aplastante, un gran verismo de las situaciones que aplastan a los personajes. El lenguaje se vuelve filtro documental para retratar este monstruo familiar.
La obra llega a Madrid refrendada por el éxito galo y por su correspondiente versión cinematográfica, dos condiciones que parecen indispensables para estrenar a un autor vivo en España, que por supuesto no sea español. Los productores teatrales han decidido hacer trapecismo con red, no quieren asumir emociones fuertes en su oficio.
La compañía española que representa su versión de “Como en las mejores familias” realiza un trabajo teatral espléndido, bien conducidos por su director Manel Dueso.
La obra tiene un planteamiento coral, en el que se retrata fidedignamente a todos los miembros de este zoo familiar. Julieta Serrano está perfecta en el papel de madre viuda del extravagante clan. Sus recursos vocales están templados con fuerza y arrogancia, maestra de un arte interpretativo que subraya su rotunda presencia escénica; arrimando su personaje a una madre terrible propia del universo de Jean Genet. Javier Cámara interpreta al hijo que mantiene el negocio familiar, reproduciendo las mismas caraterísticas vitales del padre difunto. Su esposa acaba de abandonarlo en medio de este encuentro familiar. Se vale el actor de sensibles registros interpretativos de gran madurez, conectando con el público tanto por la risa como por el patetismo de su personaje.
Gonzalo de Castro interpreta con nervio y valiosa energía escénica al hijo triunfador, el favorito de mamá, que mantiene con la progenitora una relación casi edípica, en detrimento de su esposa, interpretada por Blanca Portillo. La composición de este personaje de perdedora es brillante, de una precisa técnica emocional, que la sobresaliente actriz sabe llevar hasta su mayor efectismo; aunque le falte -desde el mismo libreto- una explosión final que libere al torturado y conmovedor personaje.
Pau Durá interpreta al vivo camarerito del bar familiar con
simpatía y una desenvoltura escénica natural. Transita bien por la comedia, aunque tiene el actor un potencial trágico que sabe exprimir en los momentos más conflictivos. Completa ajustadamente el reparto Nhatalie Poza que da vida a una credibilísima hermana pequeña. La rebelde de la casa que dice a todos las verdades como puños, y que terminará dando a todos una sorpresa. El público del estreno rió, gozó y aplaudió este brillante concierto interpretativo que imparte todo el elenco con maestría singular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario