domingo, 20 de junio de 2010

LA ALEGRÍA DE LA MANCHA


“Quijote”. Versión de Juan Margallo y S. Sánchez sobre la obra de Cervantes. Dirección: Santiago Sánchez. Reparto: Vicente Cuesta. Sandro Cordero. Carles Montoliu. Amancay Gaztañaga. Sergio Gayol. Martina Bueno. Carlos Lorenzo. José Luis Luque… Escenografía: Dino Ibáñez. Vestuario: Sue Plumier. Música: Yayo Cáceres y Rodrigo Díaz. Madrid. Círculo de Bellas Artes.

“El Quijote” relata la vida y hazañas de un soñador, de un loco extravagante que se diferencia de sus vecinos en querer realizar sus más profundos sueños de grandeza. El protagonista es esperpento teatral del hidalgo y el romántico español, semilla del genio ibérico. Sancho Panza es la otra cara de España, la del saber popular y el arte de la supervivencia. Representante del sentido común popular que encierra el libro del refranero.
Miguel de Cervantes además de escritor era dramaturgo, el dibujo de las situaciones que viven sus personajes siempre es jugoso y significativo, ejemplarizante sin desdeñar el poder del azar y lo fantástico. Siendo la primera novela en lengua española, ha tentado recurrentemente al teatro. “El Quijote” es épica, pero a la par encierra un costumbrismo propio de la sabia comedia. La ausencia de una clara progresión dramática se compensa con la teatralidad de las diferentes hazañas relatadas.
Santiago Sánchez, Juan Margallo, Vicente Cuesta y Sandro Cordero aúnan todas sus fuerzas creativas, junto a un excelente y ejemplar elenco. El espectáculo respira una saludable unidad, que facilita la comunicación con el público. El mérito del Quijote de “L’Om imprebis” radica en el afán de contar y divertir de unos cómicos, que han decidido representar las más conocidas aventuras del Quijote, con claridad y destreza. La versión de Margallo y Sánchez es inspirada y juguetona y rebosa metateatralidad. El pulso narrativo logrado -alegre y jovial- rezuma vida teatral. La música en directo de Yayo Cáceres y Rodrigo Díaz caldea el mecano de tablas del animado retablo. Sus melodías transmiten un espíritu vivaz de cuento, más que una rigurosa reconstrucción del ambiente musical de la época.
Vicente Cuesta y Sandro Cordero encarnan a la mítica pareja, empeñando en el juego todas sus energías interpretativas. El Quijote locuelo y locuaz de Cuesta se trenza a la perfección con los polifacéticos y vívidos registros del Sancho de Cordero. En el amplio panorama de las ingeniosas soluciones escénicas del espectáculo destacan la quema de libros, la lucha contra los molinos, y sobre todo la de la cueva de Montesinos, (al que le presta su voz Fernando Fernán Gómez,) en un ambiente misterioso y onírico representado con marionetas y gigantes de feria.
El público aplaudió reiteradamente a los intérpretes, haciéndoles salir a saludar numerosas veces a escena, reconociendo el valor de la alegría global de la propuesta.

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