“Operación terapia”. Dirección: Eduardo Aldán. Reparto: Xenia Reguant. Thais Curiá. Gretel Stuyck. Óscar Martínez Gil. Madrid. Teatro Mayor.
Las relaciones crecientes entre la escena teatral y el mundo televisivo (ejercitado a través de “La guerra de los monólogos”) está dando nuevos frutos mestizos como esta “Operación terapia”, realizada al hilo del concurso-convivencia televisiva, que promociona jóvenes cantantes.
El espectáculo es un híbrido entre el lenguaje propio de la pequeña pantalla y el del escenario teatral. El resultado es feliz e ingenioso porque combina la agilidad y el entretenimiento de la TV con el carácter satírico natural al teatro, y más especialmente al Cabaret, subgénero teatral con el que coquetea abiertamente “Operación terapia”.
Este montaje pretende ser una parodia crítica de los modelos que oferta la pequeña pantalla, invirtiendo la situación que da razón de ser a estos concursos. En esta obra se trata de jóvenes que quieren dejar de cantar, como si quisieran curarse de una enfermedad.
La factura escénica y conceptual del espectáculo es brillante, y sus intérpretes lo suficientemente versátiles y virtuosos como para ejercitar coreografías, escenas cómicas o interpretar en directo canciones emblemáticas de las últimas décadas.
El público está todo el tiempo con el miedo de que los saquen a cantar a escena, pero nadie debe sentirse intimidado por este factor de supuesta participación obligada, pues el juego de las invitaciones a cantar está muy bien dosificada y no compromete a ningún miembro del público.
En un espacio escénico negro y funcional, los cuatro intérpretes demuestran sus habilidades múltiples sobre el fondo de una gran galleta eurovisiva, que sirve también de pantalla de proyección de imágenes y vídeos. Destaca Xenia Reguant con una personalidad escénica singular y cómica, y una buena profesionalidad como bailarina y cantante. Óscar Martínez Gil tiene aplomo y buenas dotes corporales, canoras y rítmicas. Thais Curiá y Gretel Stuyck completan este juvenil y dinámico elenco refrescante y catódico, que brinda al público una divertida y energética velada llena de música y alegría contagiosa.
Las relaciones crecientes entre la escena teatral y el mundo televisivo (ejercitado a través de “La guerra de los monólogos”) está dando nuevos frutos mestizos como esta “Operación terapia”, realizada al hilo del concurso-convivencia televisiva, que promociona jóvenes cantantes.
El espectáculo es un híbrido entre el lenguaje propio de la pequeña pantalla y el del escenario teatral. El resultado es feliz e ingenioso porque combina la agilidad y el entretenimiento de la TV con el carácter satírico natural al teatro, y más especialmente al Cabaret, subgénero teatral con el que coquetea abiertamente “Operación terapia”.
Este montaje pretende ser una parodia crítica de los modelos que oferta la pequeña pantalla, invirtiendo la situación que da razón de ser a estos concursos. En esta obra se trata de jóvenes que quieren dejar de cantar, como si quisieran curarse de una enfermedad.
La factura escénica y conceptual del espectáculo es brillante, y sus intérpretes lo suficientemente versátiles y virtuosos como para ejercitar coreografías, escenas cómicas o interpretar en directo canciones emblemáticas de las últimas décadas.
El público está todo el tiempo con el miedo de que los saquen a cantar a escena, pero nadie debe sentirse intimidado por este factor de supuesta participación obligada, pues el juego de las invitaciones a cantar está muy bien dosificada y no compromete a ningún miembro del público.
En un espacio escénico negro y funcional, los cuatro intérpretes demuestran sus habilidades múltiples sobre el fondo de una gran galleta eurovisiva, que sirve también de pantalla de proyección de imágenes y vídeos. Destaca Xenia Reguant con una personalidad escénica singular y cómica, y una buena profesionalidad como bailarina y cantante. Óscar Martínez Gil tiene aplomo y buenas dotes corporales, canoras y rítmicas. Thais Curiá y Gretel Stuyck completan este juvenil y dinámico elenco refrescante y catódico, que brinda al público una divertida y energética velada llena de música y alegría contagiosa.
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