sábado, 26 de junio de 2010

VERTEDERO MORAL


"Los niños no pueden hacer nada por los muertos”. De Alfonso Armada. Dirección: Maite Agirre. Reparto: Unai Iparragirre. Felipe Cuétara. Cris Eizmendi. Tania de la Cruz. Garbiñe Tolosa. Escenografía: Josemari Alemán. Música y sonido: Josean Goikoetxea. Vestuario: Koro Paskual. Madrid. Sala Cuarta Pared. 11-2-2003

El teatro político es una suerte de redundancia. Todo teatro lo es, en cuanto se representa en público. Piscator y Brecht se lo inventaron en la efervescente Alemania de entreguerras. El S. XXI no ha nacido precisamente junto al mar de la tranquilidad, como para que no siga siendo necesario un teatro comprometido en la actualidad.
Alfonso Armada ha manifestado en todas sus obras una vocación de bisturí social y humano del tiempo presente. Loable empresa, el teatro siempre ha intentado
ejercer su propia justicia desde las tablas. En “Los niños …” afronta el tema de la inmigración, la memoria y la muerte. Unos números humanos con recuerdos propios agonizan en el interior de un contenedor portuario por el que pretenden entrar al paraíso occidental. La muerte les ronda con sus turbias canciones y danzas. No queda esperanza para estas víctimas irremediables.
Los versos, consignas y documentos que ha reunido el autor en su obra, son interpretados escénicamente por la directora Maite Agirre con un bombardeo de teatralidad y una lluvia de signos escénicos tonificante. Entre canciones, voces, gritos y bailes, nuestra época es radiografiada como un vertedero industrial de seres humanos, consumiéndose en una dantesca danza final.

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