sábado, 17 de julio de 2010

MONUMENTO A LA RISA


"A media luz los tres". De Miguel Mihura. Dirección: Raúl Sénder. Reparto: Esperanza Roy. Luis Fernando Alvés. Raul Sénder. Escenografía: Alfonso Barajas. Iluminación: Luis Estrada. Vestuario femenino: Marilí Coll. Madrid. Teatro de La Latina. 22-11-2001.

Miguel Mihura es uno de los más inspirados comediógrafos que ha dado el teatro español del S. XX. Este hombre que estaba dispuesto a capturar la risa para entregársela al público con su teatro, o a través de la revista "La Codorniz", hizo mucho por las saludables bondades de la risa. Se merece un monumento del público. Cuando toda la vanguardia europea iba de espaldas a la comedia, a la búsqueda de un nuevo teatro sagrado y distante, a Mihura le dio por insistir en el desarrollo de la comedia, como la más dinamitadora de las convenciones y pecados sociales. Mihura acertó tanto que abrió una brecha a favor de la risa satírica tan grande, que por ella se colarían el mismo Jardiel Poncela, o su amigo Tono, adelantándose a los dramaturgos del teatro del absurdo. La crítica edificante es una buena forma de trascender en el interés del público.
"A media luz los tres" es una de sus obras más conocidas, donde se vuelven a situar las relaciones hombre-mujer bajo el microscopio implacable del comediógrafo. Algunos no dejarán de tildar esta obra como una pieza que ofende la dignidad de las mujeres. Mihura realiza un divertido alegato en contra de esas "enemigas imprescindibles" que son las hembras, en la vida de cualquier hombre medio.
La obra tiene la rareza y la originalidad de desarrollarse a través de episodios diferentes de la vida de un par de amigos, en torno a su relación con diferentes mujeres. El protagonista es un seductor español que da numerosos consejos a un amigo casado, de cómo puede sacarse el mejor partido de ellas, sin jamás llegar a casarse. Los distintos personajes femeninos que transitan por la obra ofrecen un caleidoscopio de hembras, donde se retrata desde la más sofisticada dama de alta sociedad, hasta las criadas, cocineras y prostitutas más asequibles. Aunque Mihura no termina de creerse el discurso misógino de su personaje, del que finalmente termina burlándose con más saña que de las mismas hembras.
Raúl Sénder ha dirigido con gracia y eficacia la comedia de Mihura, y además interpreta a uno de los dos personajes masculinos, el del amigo que figura como contrapunto del osado y temerario ligón protagonista. Aunque el actor se ha reservado en esta ocasión, un segundo plano como intérprete, consigue despertar los aplausos del público. Esperanza Roy da vida a todos los personajes femeninos de la obra con su comicidad y sus registros dramáticos peculiares. La actriz debería visitar con más frecuencia la escena teatral, tiene un raro y personal instinto cómico-dramático muy valioso. Realiza distintos broches interpretativos en esta pieza con grandes dosis de sofisticación sin perder su profunda humanidad, cuando corresponde.
Luis Fernando Alvés da vida con gran soltura y presencia escénica a este burlador taimado, que terminará resolviendo su destino contra sus propias convicciones. El público se ríe y se divierte con el buen hacer de sus protagonistas, a la par que se siguen viendo retratados en las disparatadas situaciones que encierra la obra.

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