"Un dia cualquiera". De Darío Fo. Dirección: Manuel Fdez. Nieves. Reparto: Aurora Navarro. Javier Portilla. Manuel Benito. Escenografía: Miguel Brayda. Coordinación de vídeo: Carlos Bandrés y CES. Coordinación Música: Carlos P. Mantaras. Madrid. Sala El Montacargas. 30-7-01.
Algunas salas alternativas como el Montacargas, vienen realizando desde hace bastantes años una tarea importantísima en los barrios madrileños: la de dotar a un vecindario de su propio teatro. Si no están directamente inscritas en lo que podrían considerar los circuitos teatrales del centro, por el contrario, plantan el teatro entre los vecinos, que conviven con las artes contemporáneas en salas vivas e inquietas como El Montacargas, con una solera teatral considerable y una coherente programación.
El público de esta sala lo constituye una peculiar mezcolanza de nuevas generaciones urbanas interesadas por las posibilidades de encuentro y reunión que propicia el arte dramático.Darío Fo resulta un buen cómplice para estos antiglobalizados y alternativos cómicos madrileños. "Un día cualquiera" es una pieza de las más recientes del Nóbel italiano, escrita en colaboración con su esposa Franca Rame. La obra está situada en esas coordenadas de la farsa feminista con tintes dramáticos y bufonescos que tan bien domina el picaresco actor y autor. La protagonista de la pieza es una mujer que ha triunfado en los negocios de promoción turística, pero que ha sido incapaz de encontrar la estabilidad emocional con una pareja. Los autores sitúan a su personaje en una especie de laboratorio de Frankestein, formado por todos los electrodomésticos de su hogar. Vídeos, cámaras, contestadores automáticos, teléfonos inalámbricos, mandos a distancia para la ineleuctable televisión, forman una ensalada tecnológica que ahoga a la protagonista acosada por los aparatos, en medio de una gran incomunicación. La soledad del personaje, que monologuea en escena, se complementa con una serie de grabaciones de vídeo originales, de un sugestivo poder visual. Aurora Navarro interpreta a esta víctima de nuestra era, que sin embargo, a pesar de que todo le sea adverso, encuentra en esta truculenta peripecia un camino de salvación.
Algunas salas alternativas como el Montacargas, vienen realizando desde hace bastantes años una tarea importantísima en los barrios madrileños: la de dotar a un vecindario de su propio teatro. Si no están directamente inscritas en lo que podrían considerar los circuitos teatrales del centro, por el contrario, plantan el teatro entre los vecinos, que conviven con las artes contemporáneas en salas vivas e inquietas como El Montacargas, con una solera teatral considerable y una coherente programación.
El público de esta sala lo constituye una peculiar mezcolanza de nuevas generaciones urbanas interesadas por las posibilidades de encuentro y reunión que propicia el arte dramático.Darío Fo resulta un buen cómplice para estos antiglobalizados y alternativos cómicos madrileños. "Un día cualquiera" es una pieza de las más recientes del Nóbel italiano, escrita en colaboración con su esposa Franca Rame. La obra está situada en esas coordenadas de la farsa feminista con tintes dramáticos y bufonescos que tan bien domina el picaresco actor y autor. La protagonista de la pieza es una mujer que ha triunfado en los negocios de promoción turística, pero que ha sido incapaz de encontrar la estabilidad emocional con una pareja. Los autores sitúan a su personaje en una especie de laboratorio de Frankestein, formado por todos los electrodomésticos de su hogar. Vídeos, cámaras, contestadores automáticos, teléfonos inalámbricos, mandos a distancia para la ineleuctable televisión, forman una ensalada tecnológica que ahoga a la protagonista acosada por los aparatos, en medio de una gran incomunicación. La soledad del personaje, que monologuea en escena, se complementa con una serie de grabaciones de vídeo originales, de un sugestivo poder visual. Aurora Navarro interpreta a esta víctima de nuestra era, que sin embargo, a pesar de que todo le sea adverso, encuentra en esta truculenta peripecia un camino de salvación.
La escenografía colorista de Miguel Brayda viene a completar este ambiente sarcástico, irónico y patético, que el director Manuel Fernández. Nieves ha reflejado muy bien en su dinámica puesta en escena. La visita a esta sala del otro lado del Manzanares es una experiencia realmente alternativa, algo así como descubrir el más inquieto espíritu de Brooklyn, anidando en los más insospechados rincones madrileños, donde se sigue amando al teatro, un poquito más que a todas las demás artes.
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