"Entremeses variados". De Pedro Calderón de la Barca. Versión y dirección: Benamate. Reparto: Jesús Amate. Beatrice Binotti. Natalie Pinot. Vestuario: Pedro Salgado. Escenografía: Juan Sanz y M. A. Coso. Iluminación: Isabel Pérez. Música: Eliseo Parra. Asesor Literario: Victor Pagán. Madrid. Sala Ensayo 100. 9-1-2002.
Calderón de la Barca escribió tantas obras teatrales de gran calidad dramática, transitando por tantos géneros, que sus entremeses son poco conocidos. La Compañía Benamate de Madrid realiza un repaso de cuatro de estos entremeses con una juvenil lucidez y acierto. Un joven actor y dos actrices en flor son los encargados de dar vida a esta pequeña compañía de cómicos ambulantes, que tiene que representar una comedia ante el público reunido, pero se encuentran con que no hay suficientes intérpretes para llevarla a cabo. En su lugar deciden representar unos entremeses que siempre son del agrado del público por su ligereza y por su carga satírica.
Hay que reconocer que los intérpretes ponen su mejor entusiasmo a la hora de caracterizar a los diferentes personajes de las obritas, y que se valen con acierto del uso de la música, de las transiciones bailadas, de los chistes y adivinanzas, de un económico espacio escénico, para mantener al público entretenido mientras los otros actores no llegan.
En estos Entremeses de Calderón, (muy bien entendidos por los integrantes de la compañía Benamate), se nota la mano férrea de Calderón para presentar claramente los conflictos. Son en cierto sentido más "modernos" y transparentes que los de Cervantes. Pero la representación no termina de alzar el vuelo. Se tiene la sensación de estar más que en un teatro, en un centro cultural de barrio, o en un "ilustrado" salón de actos de instituto. Esto no significa que los intérpretes no carezcan de buenas dotes para el teatro (sobre todo Jesús Amate), sino que aún no están cuajadas sus dotes para el teatro profesional.
En cualquier caso, se agradece esta recuperación de unos entremeses poco conocidos -y nada representados- de Calderón, por medio de esta liviana representación, que se olvida en cuanto se abandona la sala.
Calderón de la Barca escribió tantas obras teatrales de gran calidad dramática, transitando por tantos géneros, que sus entremeses son poco conocidos. La Compañía Benamate de Madrid realiza un repaso de cuatro de estos entremeses con una juvenil lucidez y acierto. Un joven actor y dos actrices en flor son los encargados de dar vida a esta pequeña compañía de cómicos ambulantes, que tiene que representar una comedia ante el público reunido, pero se encuentran con que no hay suficientes intérpretes para llevarla a cabo. En su lugar deciden representar unos entremeses que siempre son del agrado del público por su ligereza y por su carga satírica.
Hay que reconocer que los intérpretes ponen su mejor entusiasmo a la hora de caracterizar a los diferentes personajes de las obritas, y que se valen con acierto del uso de la música, de las transiciones bailadas, de los chistes y adivinanzas, de un económico espacio escénico, para mantener al público entretenido mientras los otros actores no llegan.
En estos Entremeses de Calderón, (muy bien entendidos por los integrantes de la compañía Benamate), se nota la mano férrea de Calderón para presentar claramente los conflictos. Son en cierto sentido más "modernos" y transparentes que los de Cervantes. Pero la representación no termina de alzar el vuelo. Se tiene la sensación de estar más que en un teatro, en un centro cultural de barrio, o en un "ilustrado" salón de actos de instituto. Esto no significa que los intérpretes no carezcan de buenas dotes para el teatro (sobre todo Jesús Amate), sino que aún no están cuajadas sus dotes para el teatro profesional.
En cualquier caso, se agradece esta recuperación de unos entremeses poco conocidos -y nada representados- de Calderón, por medio de esta liviana representación, que se olvida en cuanto se abandona la sala.
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