"K.O.S. (Hacerse el muerto)". Dramaturgia y dirección: Marta Galán. Reparto: Mireia Serra. Nuria Lloansi. Xavi Bobés. Música y sonido directo: Oscar Albaladejo. Espacio escénico: Joan Ribas. Iluminación: Afra Rigamonti. Sala Triángulo. 27-1-2002.
Los arquitectos del movimiento deconstructivo no dejaron de levantar edificios. Tampoco se olvidaron de las escaleras, de las ventanas, los tabiques y las puertas. Por muy moderno que se quiera ser, hay que cumplir con un mínimo de funcionalidades. La directora y dramaturga Marta Galán cree en esta funcionalidad que debe seguir conservando el espectáculo teatral, por muy experimental o vanguardista que se quiera. Hay que tener interesado al espectador mientras dura la representación, y si además se deja en él un poso de inquietudes reactivables, se habrá conquistado el mejor laurel del arte dramático: entretener e interesar al público.
"K.O.S. (Hacerse el muerto)" es una demostración de que en teatro, todo lenguaje o propuesta es válida, si alcanza un sentido entre el público. Para hacer teatro de vanguardia hay que ser, o muy culto, o muy instintivo; o mejor aún, ambas cosas a la vez. Existe una intuición dramática que se basa en el ritmo, en la sorpresa y en el contenido. Todo esto está presente en este original espectáculo, que partiendo de una serie de desbrozados cotidianos, termina formando una cuerda consistente, tanto escénica como discursivamente.
La naturalidad interpretativa enmarcada en un concepto de "no representación" termina configurando un estilo elocuente, ayudado por el excelente trabajo sonoro y musical de la pieza, ejecutado en directo por Oscar Albadalejo. Los tres intérpretes son tres personalidades escénicas calientes, con una buena preparación corporal, que terminan siendo arquetipos reconocibles en medio del (solo aparente) caos escénico. El valor ritual de la representación y sus temas de la vida, la muerte, las creencias, la verdad o el amor, impulsan un lenguaje escénico tan estimulante como renovador.
Los arquitectos del movimiento deconstructivo no dejaron de levantar edificios. Tampoco se olvidaron de las escaleras, de las ventanas, los tabiques y las puertas. Por muy moderno que se quiera ser, hay que cumplir con un mínimo de funcionalidades. La directora y dramaturga Marta Galán cree en esta funcionalidad que debe seguir conservando el espectáculo teatral, por muy experimental o vanguardista que se quiera. Hay que tener interesado al espectador mientras dura la representación, y si además se deja en él un poso de inquietudes reactivables, se habrá conquistado el mejor laurel del arte dramático: entretener e interesar al público.
"K.O.S. (Hacerse el muerto)" es una demostración de que en teatro, todo lenguaje o propuesta es válida, si alcanza un sentido entre el público. Para hacer teatro de vanguardia hay que ser, o muy culto, o muy instintivo; o mejor aún, ambas cosas a la vez. Existe una intuición dramática que se basa en el ritmo, en la sorpresa y en el contenido. Todo esto está presente en este original espectáculo, que partiendo de una serie de desbrozados cotidianos, termina formando una cuerda consistente, tanto escénica como discursivamente.
La naturalidad interpretativa enmarcada en un concepto de "no representación" termina configurando un estilo elocuente, ayudado por el excelente trabajo sonoro y musical de la pieza, ejecutado en directo por Oscar Albadalejo. Los tres intérpretes son tres personalidades escénicas calientes, con una buena preparación corporal, que terminan siendo arquetipos reconocibles en medio del (solo aparente) caos escénico. El valor ritual de la representación y sus temas de la vida, la muerte, las creencias, la verdad o el amor, impulsan un lenguaje escénico tan estimulante como renovador.
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